lunes, 29 de junio de 2009

"Estigma", de José Ramón Larraz


FICHA ARTÍSTICA:

Título Original: "Estigma"/ Dirección y Guión: José Ramón Larraz/ Fotografía: Giuseppe Bernardini/ Montaje: Sergio Montanari/ Música: Daniele Patucchi/ Reparto: Christian Borromeo, Alexandra Bastedo, Emilio Gutiérrez Caba, Berta Singerman, Craig Hill, Massimo Serato, Virginie Blavier, Antonio Molino Rojo, Annabella Incontrera, Helga Liné, Irene Gutiérrez Caba. España-Italia, 1980. Color. 91'

Cualquier buen aficionado al cine de terror facturado en España conoce sobradamente a este cineasta. Un director que, independientemente de la calidad de sus creaciones, siempre ha permanecido fiel al género, aunque circunstancialmente haya abordando algún otro a lo largo y ancho de una filmografía que se iniciase y tuviese su mayor fecundidad en la década de los setenta.

Y es precisamente en el tránsito de dicha década a la siguiente, cuando Larraz dirige una de sus mejores obras, esta "Estigma", protagonizada por los desconocidos Christian Borromeo y Berta Singerman, bien pertrechados, eso sí, por rostros mucho más célebres, como los de Emilio e Irene Gutiérrez Caba, Craig Hill o Helga Liné (una de las musas del cineasta barcelonés).

El filme nos narra los avatares de un joven de buena familia, que parece aquejado por misteriosas dolencias de carácter espiritual, que se manifiestan en poderes adivinatorios, perniciosas influencias por parte personas ya muertas o capacidad para provocar la muerte a los que odia. Para acabarlo de rematar, la relación que mantiene con su madre, no puede decirse que sea demasiado sana.


La película mantiene en todo momento un ritmo pausado, pero sin llegar a caer en la monotonía. En ese sentido, Larraz consigue transmitir con cierta habilidad el nivel de desconcierto y de turbiedad inherentes al personaje principal, ya sea a través de la visión que los demás tienen de él, o desde la propia psique del individuo, cada vez más dañada por visiones macabras de toda índole. Todo ello hasta el punto de situarlo en una posición ambigua, sin llegar a aclarar del todo si es un personaje malvado de por sí, o acaso una víctima de sí mismo y de las extrañas circunstancias que le rodean.

El nivel interpretativo es irregular, siendo precisamente el del protagonista uno de los más limitados. Bastante mejor los secundarios. Por contra, hay un muy buen aprovechamiento de escenarios y situaciones, con una (esta vez) mesurada presencia de elementos eróticos, que es algo que en otros filmes del director acababa superponiéndose a las propias tramas terroríficas (véase el caso de la conocida y polémica "Los ritos sexuales del Diablo", por ejemplo).

En todo caso, es de agradecer la valiosa apuesta por el terror sobrenatural bien planteada y desarrollada. En ese sentido, aunque tampoco quepa hablar de un título abanderado del género en nuestro país, "Estigma" sí merece ocupar uno de los lugares más altos dentro de la carrera de Larraz y un aprobado alto, en el espectro de obras que conforman el fantaterror hispano. Si a ello se añade el hecho de que no es una película demasiado difundida, se justifica sobradamente la recomendación de verla.