miércoles, 15 de julio de 2009

"Elsewhere", de Nathan Hope


FICHA ARTÍSTICA:

Título Original: "Elsewhere"/ Dirección y Guión: Nathan Hope/ Producción: Elaine Ehrlich, Vince Palomino y Teresa Sales/ Fotografía: Mike Karasick/ Montaje: Greg Tilman/ Dirección Artística: Caroline Foellmer/ Reparto: Anna Kendrick, Paul Wesley, Tania Raymonde, Chuck Carter, Olivia Dawn York, Jeffrey Daniel Phillips, Shannon Holt, Kinna McInroe, Jon Gries. USA, 2009. Color. 106'

Desde luego, los hay valientes. Valientes que habiéndose dedicado básicamente a ser directores de fotografía, de repente tengan los arrestos no sólo como para dirigir una peli, sino también para escribir el guión. Es el caso de Nathan Hope, el autor y director de este filme.

Y bueno, en principio no tendría que haber mayor problema en ello. Eso sí, que luego, una vez visto el resultado final, precisamente lo que más brille sea la fotografía y lo que menos la dirección y el guión... pues no resulta sorprendente.

En "Elsewhere" encontramos básicamente un thriller. Un thriller que casi podríamos denominar "coyuntural". Y como no podía ser de otra forma, viniendo de donde viene, con un trasfondo (en cuanto a mensaje) de lo más rancio y conservador. A ver sino, cómo se puede interpretar el argumento que se nos narra aquí: una joven casquivana y aburrida de su vida monótona y de un entorno hostil ante sus "ansias de libertad", se lanza a la aventura con desconocidos con los que contacta a través de internet, para desaparecer del mapa, con la consiguiente preocupación (e investigación de su rastro) por parte de su mejor (y única) amiga.


¿Qué cabe interpretar? ¿Que la chica se tenía merecido lo que le pasase, por ser un pelín "putón"? Pues hombre, tampoco es eso. Y es que Nathan Hope no rehúye introducir elementos de carácter sociológico en su historia, con ese (superficial, todo sea dicho) retrato de las pequeñas comunidades, de las que no conviene destacar o diferenciarse, so pena de acabar mal. Más que no rehuírlo, podría decirse que se empeña en ello. Y seguramente ahí es donde la peli naufraga en mayor medida.

En todo caso, lecturas rancias aparte, "Elsewhere" es previsible y bastante vulgar. Ya no en términos de calidad, sino como simple entretenimiento. Ni la puesta en escena, aceptablemente elegante, consigue enmascarar la vulgaridad de la propuesta, con sospechosos a cual más plano y una intriga que a la media hora de iniciarse, ya ha perdido fuelle. Desde luego, no estamos hablando de "Twin Peaks II".

Si de llamar la atención sobre los peligros de internet se trata, desde luego debe haber medios menos tremendistas y maniqueos para hacerlo. Porque al fin y al cabo, perturbados y víctimas más o menos potenciales los ha habido siempre, desde mucho antes de los móviles, los messengers y las redes sociales. Así que dudo mucho que la juventud americana se vaya a ver de ningún modo identificada con este thriller con ínfulas sociales, cuyo destino natural es el mercado videográfico, directamente y sin pasar por la taquilla de los cines.

lunes, 13 de julio de 2009

"The Haunting in Connecticut", de Peter Cornwell


FICHA ARTÍSTICA:

Título Original: "The Haunting in Connecticut"/ Dirección: Peter Cornwell/ Guión: Adam Simon y Tim Metcalfe/ Producción: Scott Niemeyer, Norm Waitt y Steve Whitney/ Fotografía: Adam Swica/ Montaje: Tom Elkins/ Música: Robert J. Kral/ Efectos Especiales: Tim Storvick/ Reparto: Virginia Madsen, Kyle Gallner, Elias Koteas, Amanda Crew, Martin Donovan, Sophi Knight, Ty Wood, Erik J. Berg, John Bluethner, D. W. Brown, John B. Lowe, Adriana O'Neil. USA, 2009. Color. 102'

Pelis de casas encantadas. Se han hecho muchas, pero pocas que valgan realmente la pena. En cualquier caso, es uno de esos temas socorridos y que bien llevados pueden dar lugar a filmes entretenidos.

Eso es a la postre "The Haunting in Connecticut". Una obra con todos y cada uno de los tics habituales de esta clase de historias, pero resuelta con la suficiente solvencia como para no dejar un mal sabor de boca.

Tiene sus momentos y además un reparto atractivo, compuesto por rostros conocidos y fiables, como los de Martin Donovan, Virginia Madsen o Elias Koteas. Actores que casi nunca se suelen tener en cuenta, a la hora de confeccionar esas listas de "preferidos" por el público, pero que siempre aseguran un mínimo de buen tono a la peli.

Una familia se traslada a una vivienda aislada, que años atrás había sido una funeraria (nada menos). El hijo mayor, un joven aquejado de una enfermedad terminal, será el primero en experimentar los fenómenos terroríficos que tienen lugar en la casa. Fenómenos que se irán incrementando, hasta dejar al descubierto su oscuro origen.


Peter Cornwell no rehúye sustos fáciles y todo recurso imaginable, a fin de hacer brincar al espectador en su asiento. Lo cual puede llegar a resultar irritante, desde luego, pero al fin y al cabo, el terror contemporáneo casi parece irremediablemente arrastrado a esa clase de expresiones formales. Los directores se empeñan en asustar al espectador antes que a los propios personajes del filme, con lo que eso tiene de efectivo a corto plazo, pero de distanciador a la larga.

Afortunadamente, el filme está bien narrado y carece de baches en cuanto a ritmo. En ese sentido, todo lo que tiene de previsible y exageradamente efectista, lo tiene también de correcto.

El aspecto visual está bien trabajado, con pasajes terroríficos llenos de "sustancia" y secuencias tan sugerentes como ésa en la que una aparentemente inocua bendición de los alimentos se acaba convirtiendo en una improvisada sesión de espiritismo.

Luego está el factor "basado en hechos reales", que siempre otorga un plus de interés. Aunque, en realidad, todo lo que sucede en la peli es tan puramente cinematográfico, que no existe un elemento diferenciador con respecto a cualquier obra similar que sea enteramente ficticia. Tal vez el dato de la enfermedad del protagonista, que supone un acicate dramático. Pero poco más. Todo el resto de lo que se cuenta, lo hemos visto cientos de veces.


Así pues, "The Haunting in Connecticut" es un producto aceptable, que se puede disfrutar sin problemas. Y aunque no supondrá ninguna vuelta de tuerca al género, sí presenta el aliciente de adscribirse a un terror sobrenatural que hoy en día parece estar arrinconado, en detrimento de productos con otro tipo de ingredientes más propios del "horror" que del "terror", que parece lo mismo, pero que no lo es.

domingo, 12 de julio de 2009

"The Chasing World", de Issei Shibata


FICHA ARTÍSTICA:

Título Original: "Riaru Onigokko"/ Dirección y Guión: Issei Ishibata, basado en la novela de Yusuke Yamada/ Producción: Toshiaki Nakazawa/ Fotografía: Shin Hasayaka/ Música: Taro Iwashiro/ Diseño de producción: Hayato Oba/ Efectos Especiales: Issei Oda/ Reparto: Takuya Ishida, Mitsuki Tanimura, Shunsuke Daito, Rio Matsumoto, Mitsuru Fukikoshi, Akira Emoto, Suzunosuke. Japón, 2008. Color. 99'

Reciente producción japonesa que mezcla distintos géneros (algo habitual dentro de la cinematografía oriental) pero en la cual predomina la narración de ciencia ficción, a partir de uno de esos esquemas argumentales deudores de historias como "La fuga de Logan" y demás tramas centradas en sistemas totalitarios que persiguen y castigan a quienes se salen de las normas.

En este caso, las potenciales víctimas lo son no por culpa de su edad o de su condición social, sino por su apellido. El capricho de los emperadores totalitarios, es lo que tiene.

A partir de esa premisa, persecuciones a todo correr por la ciudad, grupos que se unen para hacer frente a la amenaza, universos paralelos que irrumpen de repente en la historia, etc.

Por desgracia, un punto de partida aceptablemente atractivo, se revela insuficiente para sostener toda la película. Así, cuando llevamos una hora de metraje, la fórmula parece haberse agotado por completo. Con lo que la acción se torna repetitiva y se alarga de un modo tan artificioso como ineficaz. Hasta acabar en un desenlace que busca provocar la emoción, pero como en ese punto el espectador ya está bastante harto de ver lo mismo una y otra vez, se emociona más bien poco.


Indudablemente, hay ideas que funcionan a las mil maravillas en según qué soportes. Por ejemplo, no cuesta nada imaginar "The Chasing World" como un excelente anime, o un manga harto interesante y entretenido. Sin embargo, esa idea que a priori tiene fuerza y potencial, en el cine, debe ir acompañada de mayores elementos de interés. O se vuelve repetitiva, al agotarse al poco rato. Que es lo que tenemos aquí, al fin y al cabo. Una idea central atractiva, que no da más de sí.

Por lo demás, nada nuevo nos ofrece Issei Shibata en ésta, su segunda película. Un artefacto que se ve y se olvida al momento, mal aprovechado y con grandes desequilibrios, tanto de forma como de fondo, que ésa es otra. Los momentos pretendidamente dramáticos no encajan bien con el aspecto hiperviolento que se muestra en algunos pasajes, con lo que el filme se queda a medio camino entre un divertimento y algo con mayor enjundia.

En todo caso, si uno no le hace ascos a la comida rápida (aunque sea a la japonesa), tampoco estamos ante una obra muy por debajo de los blockbusters americanos. Eso sí, nada que ver con otras muestras paralelas con las cuales "The Chasing World" podría parecer emparentada (por aquello del "rollete survival"), como "Battle Royale" o "Death Note". Estas últimas están muy por encima, en todos los aspectos.

sábado, 11 de julio de 2009

"The Slaughter", de Jay Lee


FICHA ARTÍSTICA:

Título Original: "The Slaughter"/ Dirección y Guión: Jay Lee/ Producción: Calvin Green, Judy Marcelline y Michael J. Zampino/ Fotografía: Jay Lee/ Montaje: Jay Lee/ Música: Chauncey Lee/ Efectos Especiales: Abbey Lee Domenico/ Reparto: Jessica Custodio, Zak Kilberg, Terry Erioski, Laura Bach, Travis Wood, Jen Alex González, Brad Milne, Billy Peck, Adriana Esquivel, Carmit Levité. USA, 2006. Color. 95'

Cuando de una película de terror lo más destacado que se puede decir es que lo mejor son los títulos de crédito, mal asunto. Pero lo cierto es que es así. Unos títulos en los que unas señoritas de buen ver y ligeras de ropa entonan aquella bonita letanía de: "Cthulhu, F'thang Rlyeh" (que todos los admiradores de la literatura de Lovecraft nos sabemos de memoria), mientras evolucionan y se contonean en un escenario (digitalmente) tenebroso. En el caso de esta gamberrada con gore digital y tal, escasos aspectos más cabría subrayar.

Diremos que empieza con una tragedia familiar que da origen a la maldición de una casa, a la que años después llega un grupo de jóvenes con ganas de divertirse. Ni que decir tiene, los inmateriales habitantes del lugar también buscarán divertirse (a su peculiar modo, eso sí). Como se puede ver, un argumento "rabiosamente" original.

De cualquier modo, como Jay Lee, director y guionista del invento, (además de montador, director de fotografía, etc.) no tiene ningún reparo en mezclar a fantasmas y a zombies, pues uno puede hacerse una idea aproximada de la falta de rigor artístico que "The Slaughter" nos ofrece, al menos como título de terror "serio".

Ahora bien, ¿funciona como comedia, por lo menos? Pues casi que tampoco. Si la idea que tiene Jay Lee de diálogos cómicos es la que nos muestra aquí, vamos a tener que dudar de su capacidad. No estamos hablando precisamente de los diálogos de I.A.L. Diamond y Billy Wilder, para entendernos. Frases del estilo: "¿pero eso es un zombie antiguo, o es un zombie moderno, porque los modernos son mucho más chungos de matar?" pueden dar una idea de lo que se puede encontrar.


Eso no quita para que, como gamberrada pura y dura, la peli tenga sus momentos. Pocos, pero alguno que otro. Lo que ocurre es que ni siquiera queda claro el verdadero propósito de Lee. Porque algunos de los pasajes del filme están planificados enteramente para asustar. Sin embargo, en el momento más inoportuno, aparece el "gag" chusco de rigor, que elimina por completo cualquier atisbo de tensión. En ese aspecto, desequilibrio total y absoluto.

Del apartado interpretativo, no hace falta ni hablar. Actores muy monos y muy monas, pero tirando a espantosos y espantosas. Lo mismo puede decirse de los efectos especiales. Por un lado tenemos el gore digital, chapucero a más no poder. Y por otro los efectos más artesanales, igual de chapuceros o más. Ahora bien, si nos conformamos con higadillos y colores rojos saturados, igual no quedamos del todo insatisfechos.

Verdaderamente, no puede decirse de "The Slaughter" que escape de las habituales convenciones de esta clase de artefactos. Filmes hechos por frikis y para frikis, lo cual no tiene nada de malo. Salvo que los primeros (los que hacen la peli) carecen del más mínimo talento. Y es que nada de negativo tiene tener que desenvolverse con pocos medios, o disponer de un presupuesto limitado. Incluso en querer mezclar la comedia gamberra y el terror y el gore (ahí están los primeros trabajos de Peter Jackson o Sam Raimi, para atestiguarlo). Lo que ocurre es que el tal Jay Lee está a años luz de los mencionados, en todos los aspectos. Eso sí. Para meter a toda la familia en la producción de la peli, para eso tiene talento sobrado.

viernes, 10 de julio de 2009

"Plaga final", de Regis Wargnier


FICHA ARTÍSTICA:

Título Original: "Pars Vite et Reviens Tard"/ Dirección: Régis Wargnier/ Guión: Ariane Fert, Harriet Marin, Julien Rappeneau, Lawrence Shore, Fred Vargas y R. Wargnier/ Producción: Cyril Colbeau-Justin y Jean Baptiste-Dupont/ Fotografía: Laurent Daillant/ Montaje: Yann Malcor/ Música: Patrick Doyle/ Efectos Especiales: Philippe Hubin/ Reparto: José García, Lucas Belvaux, Marie Gillain, Olivier Gourmet, Nicolas Cazalé, Linh Dan Pham, Michel Serrault, Nadine Alari, Sophie Aubry, Felicité N'Gijol, Jean-Gilles Barbier. Francia, 2007. Color. 110'

Más que un filme de terror, esta película de Wargnier (director de obras como "Indochina") viene a ser uno de esos thrillers con toques terroríficos que tan de moda se pusieron a partir de la segunda mitad de los noventa. Una moda que en Francia ya había dado muestras como "Los ríos de color púrpura", con Jean Reno. Y ahora esta "Plaga final", protagonizada por otro de esos actores hieráticos y duros, de ascendencia española, además: José García.

Tras un inicio en el que nos parece estar ante una de esas historias de tintes catastrofistas sobre infecciones mortales que se extienden, a partir de un cierto momento, la narración evoluciona de un modo casi descarado hacia lo que podríamos denominar un "folletín" de los de toda la vida, máxime cuando se trata de una producción francesa.

Un folletín en el que no faltan los villanos vengativos y desesperados, las persecuciones por los tejados y demás ingredientes habituales de este tipo de historias. Eso sí, trasladado a la actualidad.


José García interpreta al flemático policía que investiga diferentes muertes, aparentemente producidas por la peste, pero tras las que parece hallarse una sombra de trágica venganza. Y lo hace con esa frialdad típica de los clásicos prototipos galos, los Trintignant, Delon, etc. Una frialdad en ocasiones rayana en la inexpresividad, pero que al fin y al cabo refleja el carácter del personaje.

Wargnier imprime un ritmo muy vivo a la cinta, consiguiendo que el interés de la historia no decaiga, a pesar de que la evolución que sigue la trama contradiga lo que parecía ser una prometedora Serie A, para acabar en los mencionados terrenos de lo folletinesco. Con un desenlace, además, ciertamente descafeinado (sin duda, lo peor de la peli).

En todo caso, el interés del filme radica sobretodo en su carácter de entretenimiento eficaz. Con diálogos ágiles y un buen manejo del tiempo narrativo. Asimismo, también podemos disfrutar con la presencia de uno de esos rostros auténticamente clásicos de la cinematografía gala, como es el de Michel Serrault.

De cualquier forma, dista mucho de ser una de esas pelis que permanecen mucho tiempo en el recuerdo, una vez vistas. Es posible que si algo destacable ofrece, sea ese empeño en la puesta al día de los esquemas del folletín decimonónico, en el ámbito de un entorno actual y distinto al de los viejos escenarios del pasado. Al menos en ese sentido, merece un visionado.

miércoles, 8 de julio de 2009

"Veneno para las hadas", de Carlos Enrique Taboada


FICHA ARTÍSTICA:

Título Original: "Veneno para las hadas"/ Dirección y Guión: Carlos Enrique Taboada/ Producción: Héctor López/ Fotografía: Lupe García/ Montaje: Carlos Savage/ Música: Carlos Jiménez Mabarak/ Efectos Especiales: J. Guadalupe Aguilar/ Reparto: Ana Patricia Rojo, Elsa María Gutiérrez, Leonor Llausás, Carmen Stein, María Santander, Ernesto Schwartz, Rocío Lazcano. México, 1984. Color. 89'

El tema de los niños (o niñas) malignos no es nuevo, todo lo contrario. Es más bien un argumento recurrente, dentro de las historias de terror. Pero indudablemente, es un tema efectivo, de esos planteamientos que a lo largo de los años, tanto en cine como en literatura, han proporcionado numerosas creaciones interesantes.

El mexicano Carlos Enrique Taboada lo introdujo de manera muy acertada, en ésta, una de sus últimas películas.

Las protagonistas prácticamente absolutas del filme son Flavia y Verónica, dos niñas angelicales (rubia una y morena la otra) que, con sus juegos perversos, desencadenarán toda clase de acontecimientos turbios.

Evidentemente, poco o nada de novedoso presenta "Veneno para las hadas". Pero si algo merece destacarse sobremanera es el contundente punto de vista a través del cual está contada. Habitualmente, en esta clase de narraciones, asistimos a los actos malignos de los (presuntos) tiernos infantes a través de los ojos de los adultos. Sin embargo, en este caso, los mayores son meras figuras decorativas, tanto en el contenido de la propia trama, como en el modo en que el director nos los presenta. Salvo cuando es indispensable, ni siquiera se nos muestra los rostros de dichos adultos.


Ello hace que el espectador se sienta mucho más implicado en la perversa relación que se establece entre las dos chiquillas, siendo este otro de los puntos de mayor interés del filme. Por lo demás, la película está desarrollada y planificada de un modo sosegado y clasicista, muy elegante.

Tampoco hay un exceso de truculencia, todo lo contrario. Narrativamente, todo parece desarrollarse de un modo inocente y casual. Lo cual puede conducir a que quienes busquen efectos a mansalva, o sanguinolencia generosa, se pueden llegar a sentir defraudados.

Sin embargo, no es nuevo o sorprendente el hecho de que el cine de Taboada siempre se ha caracterizado por un gran apego a los clásicos. Algo palpable en obras tan destacadas como "Hasta el viento tiene miedo" o "El libro de piedra". En ese sentido, "Veneno para las hadas" no se aparta de dicho camino.

Un filme por lo tanto recomendable para los seguidores del terror de habla hispana, con una buena base tanto formal como argumental. Sin ser lo mejor de su director (las dos obras anteriormente citadas estarían algo por encima), si es una película con los suficientes atractivos como para proporcionar hora y media de indudable entretenimiento.

martes, 7 de julio de 2009

"Una fría noche de muerte", de Jerrold Freedman


FICHA ARTÍSTICA:

Título Original: "A Cold Night's Death"/ Dirección: Jerrold Freedman/ Guión: Christopher Knopf/ Producción: Paul Junger Witt/ Fotografía: Leonard J. South/ Montaje: David Berlatsky/ Música: Gil Melle/ Dirección Artística: Rolland M. Brooks/ Reparto: Robert Culp, Eli Wallach y Michael C. Gwynne. USA, 1973. Color. 75'

Ya se ha hablado por aquí en repetidas ocasiones de lo mucho que compensaba hace años sentarte delante del televisor a ver un telefilme americano. A diferencia de ahora, en que ese mercado está básicamente integrado por subproductos marujiles de ínfimo nivel, a lo largo de los años setenta, nos llegó toda una serie de modestas pero efectivas muestras del género concebidas para la pequeña pantalla.

Mientras últimamente las cadenas televisivas yanquis parecen especialmente dedicadas al formato de las series, en aquella época no era nada raro encontrar largometrajes no sólo disfrutables, sino incluso magistrales, bastantes de ellos.

"Una fría noche de muerte", en todo caso, no sería un ejemplo de estos últimos. Sí, por contra, cabría incluirlo en el grupo de los telefilmes modestos. Diseñado para ser disfrutado sin demasiadas pretensiones, pero hecho con dedicación y ganas.

Se trata de una de esas historias de género (mezcla de terror y CF) que buscan situar al espectador en un contexto claustrofóbico, haciéndole partícipe de la angustia de los personajes. En este caso, sólo dos. Eso sí, interpretados por dos rostros tan conocidos como los de Robert Culp (un auténtico icono de la televisión estadounidense) y el gran y entrañable Eli Wallach.


Ambos interpretan a dos científicos que son enviados a una aislada base de experimentación animal, en la cual serán asediados por un peligro no identificable con facilidad. Dicha situación se irá agudizando, hasta poner de manifiesto sus propios miedos interiores, así como su rivalidad.

En favor de la peli, hay que citar obligatoriamente el arrojo de su misma concepción. Se trata de una obra sin efectos ni sangre. Todo el peso narrativo recae en las interpretaciones de los dos actores, así como en la creciente sensación de que algo ominoso se cierne sobre ellos. Algo que se acerca cada vez más, pero no termina de manifestarse.

Es posible que el empeño sea excesivo, en el sentido de que pasado el ecuador del metraje, se note un cierto cansancio, una vez el espectador ya se ha formado su propia teoría, mientras los personajes parecen no darse cuenta de la verdadera naturaleza de lo que les amenaza. Desde ese punto hasta el desenlace, la narración se hace algo pesada.

En todo caso, siempre se puede uno concentrar en las interpretaciones, que son estupendas. Al mismo tiempo, hay que tener muy claro que nos hallamos ante una obra modesta y que no pretende nada más que otorgarnos hora y pico de entretenimiento e intriga. Para expectativas más ambiciosas, ya están "Alien", "La Cosa", o cualquiera de esas historias de parecidos mimbres argumentales, pero mucho más lujosas en todos los aspectos.

lunes, 6 de julio de 2009

"Eden Lake", de James Watkins


FICHA ARTÍSTICA:

Título Original: "Eden Lake"/ Dirección y Guión: James Watkins/ Producción: Christian Colson y Richard Holmes/ Fotografía: Christopher Ross/ Montaje: Jon Harris/ Música: David Julyan/ Efectos Especiales: John Rafique/ Reparto: Kelly Reilly, Michael Fassbender, Tara Ellis, Jack O'Connell, Finn Atkins, Jumayn Hunter, Thomas Turgoose, James Burrows, Thomas Gill, Lorraine Bruce, Shaun Dooley, James Gandhi, Bronson Webb, Lorraine Stanley. Gran Bretaña, 2008. Color. 87'

De entre toda la inmensa caterva de productos clónicos inspirados en "Hostel", que por otro lado, como cualquier aficionado al splatter setentero sabe, no tenía nada de original en realidad, es muy posible que "Eden Lake" sea una de las muestras más apreciables. Aunque en este caso, seguramente el referente más acertado sea la cada vez más reivindicada "Deliverance", de John Boorman.

El joven James Watkins dirige el filme con buen pulso, sin salirse un ápice de los esquemas tradicionales asociados a esta clase de historias: pareja joven ilusionada y modosita que llega a un lugar aparentemente tranquilo e idílico, para verse, sin comerlo ni beberlo, atacada por un grupo de descerebrados violentos que harán con ellos las mil y una guarradas.

En ese sentido, el argumento pocas novedades presenta. Pero cuidado. Estamos ante un filme británico. Y del mismo modo que las pelis americanas se caracterizan por presentarnos personajes y situaciones absolutamente planos, (siempre hablando en general), con el único interés de epatar a toda costa, si nos referimos al "modo de hacer" a la inglesa, en casi cualquier género, encontraremos un exquisito cuidado a la hora de construir todo lo que se nos cuenta con una base realista y creíble.

Eso es lo que otorga a "Eden Lake" el carácter más estimable y destacado, sobre toda la inmensa gama de narraciones clónicas que nos han bombardeado los últimos tiempos. Y es que en algunos momentos, ese grupo de adolescentes odiosos y violentos, parecen casi salidos de una obra de Ken Loach. De ahí que el impacto y la violencia que transmiten al espectador sean muchísimo más consistentes de lo habitual. Y con ello, la identificación con los protagonistas, especialmente la chica, que es la que lleva el peso dramático de la trama, (excelente Kelly Reilly).


Por otro lado, Watkins tampoco escatima hemoglobina y brutalidad, salpicando convenientemente una buena planificación de momentos altamente efectivos, dentro de un conjunto tan previsible como bien llevado. Y es que muchas veces, aunque uno se encuentre exactamente (o muy aproximadamente) con lo que espera, dicha falta de sorpresa se ve compensada por el buen acabado y una férrea factura.

Además, si a todo lo anteriormente reseñado, se le añade un final convenientemente ambiguo y hasta perturbador (el último plano es magnífico) no podemos evitar sentir un innegable deleite tras hora y media escasa de tensión continuada, que se pasa en un suspiro.

En definitiva, "Eden Lake" no es nada que no hayamos visto un montón de veces. Es más, si uno es especialmente exigente, probablemente encuentre las alabanzas que se le han dedicado a la peli muy exageradas. Pero si a ese alguien se le pide que extraiga los verdaderos defectos del filme, tanto formales como de fondo, es muy posible que se vea en apuros. Por eso mismo Watkins (¿el próximo Neil Marshall?)sale triunfante del empeño. Porque su creación, sin ser innovadora, ni siquiera fresca, es consistente. Y eso, en los tiempos que corren, es bastante.

Por cierto, y comparando a los personajes de "Eden Lake" con los de "Deliverance". ¿Realmente son tan distintos aquellos "nerds" de la América profunda de los setenta, con los adolescentes violentos (y sus familias) de nuestro extrarradio europeo de pleno siglo XXI? He aquí otro motivo para el escalofrío que la película de Watkins nos da.

jueves, 2 de julio de 2009

"El Ser", de Sebastián D'Arbó


FICHA ARTÍSTICA:

Título Original: "El Ser"/ Dirección: Sebastián D'Arbó/ Guión: Luis Murillo y S. D'Arbó/ Producción: S. D'Arbó/ Fotografía: Juan Gelpí/ Montaje: José María Aragonés/ Música: Ricardo Reguero/ Dirección Artística: Julio Muñoz/ Reparto: Mercedes Sampietro, Narciso Ibáñez Menta, Ramiro Oliveros, Daniel Arbonés, Jordi Serrat, Víctor Israel, Alfred Luchetti, Josep María Angelat. España, 1982. Color. 98'

Y seguimos sin salirnos de la "piel de toro". En esta ocasión, para hablar de uno de los escasos filmes dirigidos por el conocido divulgador de lo paranormal, Sebastián D'Arbó. Seguramente el más conseguido, a nivel cinematográfico.

A pesar de la similitud del título con aquella célebre cinta de Sidney J. Furie protagonizada por Barbara Hershey ("El Ente") las concomitancias son escasas, por no decir, casi inexistentes. Tienen en común únicamente el estar separadas por un escaso espacio de tiempo (la de Furie es del 81 y la de D'Arbó de un año después) y la presencia de elementos de terror paranormal, como núcleo temático principal.

En la que nos ocupa también encontramos a una protagonista femenina que se ve sumida en toda clase de peripecias terroríficas, desencadenadas a partir de la muerte de su marido en un accidente de avión. Una protagonista, por cierto, magníficamente encarnada por Mercedes Sampietro, en una de sus pocas aproximaciones al cine de género fantástico y que es, sin duda, uno de los puntales fundamentales de la peli. La acompaña lo más granado del entrañable elenco de secundarios habituales del cine, la televisión y el teatro de Cataluña: Víctor Israel, Alfred Luchetti, Josep María Angelat...


D'Arbó (y su guión, co-escrito por Luis Murillo) se las ingenian para introducir diferentes cuestiones en cuanto a fenomenología paranormal, desde los poltergeist, hasta la posesión espiritual. Y lo hace de un modo francamente hábil, sabiendo también situar a la protagonista en un contexto anímico e incluso social muy determinado. En ese sentido, no se puede negar la validez de la propuesta, resuelta con una factura muy aparente. A ello también contribuye la aparición, en un momento dado, de uno de los iconos del terror hispano, como es Narciso Ibáñez Menta, en uno de esos papeles que tan bien sabía desarrollar.

De todos modos, existe en la película una cierta descompensación en cuanto a ritmo. Mientras la primera mitad se pasa en un suspiro y nos presenta una evolución dramática de lo más interesante, llega un momento en que la narración parece estancarse, en espera de un desenlace tan correcto como, por otro lado, previsible. Es posible que a ese estancamiento contribuya el hecho de otorgar a algunas fases de la historia un carácter casi divulgativo, en cuanto a describir la posible naturaleza de lo que estamos viendo.

Con todo, lo que más llama la atención de "El Ser" es el buen tono cinematográfico que posee. Más allá de su efectividad como obra de género (que la tiene, aún dentro de su modestia) está rodada con innegable gusto, mostrando un acabado artístico que no es del todo habitual en una cinematografía de terror, como la hispana, en la que habitualmente los cineastas han parecido casi siempre más pendientes de lo que contaban que de cómo lo contaban. En cambio, la puesta en escena y la planificación de "El Ser" son de un nivel más que aceptable.


En ese aspecto, produce cierta lástima que D'Arbó abandonase su carrera como director, ya que da la sensación de que con los años podía haber llegado a consolidar muy mucho su capacidad. Y aunque "El Ser" tan sólo fuese su segundo filme y tras él viniesen tres más, casi siempre por razones presupuestarias o de producción que limitaron su libertad como creador, no tuvo la suerte que con toda seguridad merecía, a tenor de lo apuntado aquí.