domingo, 21 de diciembre de 2008

"Los Cronocrímenes", de Nacho Vigalondo


FICHA ARTÍSTICA:

Título Original: "Los Cronocrímenes"/ Dirección y Guión: Nacho Vigalondo/ Producción: Eduardo Carneros/ Fotografía: Flavio Martínez Laviano/ Montaje: José Luis Romeu/ Música: Eugenio Mira/ Dirección Artística: José Luis Arrizabalaga/ Efectos Especiales: José María Meneses/ Reparto: Karra Elejalde, Nacho Vigalondo, Bárbara Goenaga, Candela Fernández, Juan Inciarte. España, 2007. COLOR. 88'

Partiendo de la base de que hacer cine de género (fantástico, en este caso) no está del todo bien visto en un país como éste, en el que todavía hay un buen número de desorientados que separan el cine "serio" del "otro", situando el fantástico en ese segundo compartimento, resulta muy agradable asistir a la actual irrupción de nuevos cineastas interesados en el terror o la ciencia ficción. Especialmente en esta última variante, no son demasiadas las muestras que el cine español nos ha brindado.

Pero Nacho Vigalondo, después de su triunfal aparición en el mundo de los cortos, elige dicho género para su primer largo. Y lo hace con magnífico resultado. Demostrando no sólo que hay talento, sino también que no es necesario un presupuesto exagerado o contar con medios abundantes, a la hora de contar una buena historia, creíble y consistente.

Esto último hace muchos años que debería estar fuera de toda duda, pero como el tema de la falta de presupuesto es una "excusa" bastante recurrente, a la hora de justificar la falta de obras de evasión en nuestro cine, pues está muy bien que películas como ésta hagan callar algunas bocas.


Yendo al grano: "Los Cronocrímenes" no cuenta nada que no hayamos visto antes, en distintas aproximaciones, tanto literarias como cinematográficas: los viajes en el tiempo y, sobretodo, las paradojas temporales. Aunque, ni que decir tiene, en el ámbito del cine español sí es una apuesta novedosa, hay que significar que también lo es (en cierto grado) el casi minimalista tono empleado por Vigalondo. Y es que, a diferencia de obras pantagruélicas, con abundancia de efectos como las que suele brindarnos el modelo estadounidense (cosas tan justitas como "Frequency" o "El efecto mariposa" o tan directamente infumables como "El sonido del trueno"), aquí encontramos un tratamiento mucho más modesto y directo, pero por contra, terriblemente efectivo y redondo.

El personaje interpretado por Karra Elejalde (un Elejalde adecuadamente contenido para la ocasión) asiste a la accidental irrupción de una paradoja temporal en su propia vida, narrada de un modo que recuerda a las historias más clásicas del género. Y es que no resulta descabellado pensar en similares situaciones dentro del cine clásico, en que el protagonista, un tipo normal y corriente, situado en un entorno plenamente cotidiano y reconocible, se veía sumergido, sin comerlo ni beberlo, en lo extraño y ominoso ("El increíble hombre menguante", "La invasión de los ladrones de cuerpos"...)

En este caso, uno de los evidentes aciertos de Vigalondo es la capacidad para situar su obra en un entorno realista, con una puesta en escena alejada de artificios rocambolescos, lo cual otorga al filme un aspecto de creíble pesadilla a la luz del día, francamente logrado. Del mismo modo, el carácter repetitivo de los elementos de la trama, también es tratado con innegable acierto. No en vano, asistimos a una repetición de acontecimientos, variando puntos de vista e introduciendo pequeñas variantes, pero que lejos de resultar cansinas, hacen avanzar el relato de un modo que denota gran mimo a la hora de construir el guión.

Es ahí donde Vigalondo triunfa en mayor medida. Ya que no tenemos una historia rabiosamente original ("Primer" acude de un modo instantáneo a la mente), sí queda el necesario reto de pergeñar un guión sin fisuras. Circunstancia plenamente conseguida. Lástima que el guionista y director no sea capaz de reconocer su limitado talento interpretativo, reservándose un papel secundario pero importante, que denota dicha falta de capacidad, en lo que, con toda seguridad, es el mayor defecto de la peli.


Aún así, no se le puede restar al autor del divertidísimo y brillante "7,35 de la mañana", un aplauso a todas luces merecido en cuanto a la factura final de esta ópera prima. Una película que contenta tanto a cualquier aficionado más o menos iniciado dentro del género, como a quien se aproxima por primera vez a una historia de estas características, gracias a la pulcra y diáfana narración. Del mismo modo, mención extra para un buen número de hallazgos visuales (algunos lindando con lo terrorífico) dentro del filme, entre los cuales cabe resaltar ese estupendo plano final.

4 comentarios:

Rodolfo Martínez dijo...

Mientras veía la película (que me gustó bastante en buena medida por los motivos que apuntas) no pude evitar recordar precisamente un cuento clásico de la CF: "Por sus propios medios" de Heinlein. La historia no se parece pero la, digamos, estructuración de la paradoja es casi idéntica (sobre todo en los sucesivos viajes para ir creando las causas cuyos efectos hemos ido viendo previamente). No sé si Vigalondo conoce el cuento, pero no me parece descabellado pensar que sí.

cerebrin dijo...

Sabía que te gustaría y suscribo tu reseña casi al completo. Magnífica película con un guión muy trabajado y una direccion que, pese a que el material base podía tornarse con suma facilidad en mecánico, sabe salir del paso con nota haciendo gala de una estudiada puesta en escena.

A ver si hay suerte y Vigalondo vuelve a reincidir en el género.

ATXEIN dijo...

Pues siendo interesante no me parece que sea para tanto..XDD Bueno ya leiste mi comentario...jajaja

Eso si, suscribo lo que comenta Cerebrìn, haber si Vigalondo rueda otra cinta de gènero.

Quimérico Inquilino dijo...

Magnífica crítica de una película que dentro de su modestia es de lo más digno que se ha hecho en los últimos años en el fantástico español.
Eso sí, que Vigalondo se limite a dirigir y escribir. Su interpretación echa por tierra parte del climax que logra en algunas partes la cinta.
Un saludo!