FICHA TÉCNICA:
Título Original: "Ikenie"/ Dirección: Shinobu Murata/ Guión: Toyoshi Yoshioka/ Producción: Yoshinori Chiba y Mitsuo Matsukawa/ Fotografía: Yoshishige Tsuda/ Montaje: Takenari Yoshida/ Música: Takashi Nakagawa/ Efectos Especiales de maquillaje: Naofumi Yonetsuka/ Reparto: Yuuko Sakaki, Rie Kondoh, Houka Kinoshita, Tomomi Nishizaki, Momoko Nishida, Hajime Yamaoka, Issei Takubo y Motoko Nano. Japón, 1996. Color. 77'
Un filme cuyo análisis no requiere demasiada extensión.
Se trata de una explotación de los "muñecos diabólicos" estadounidenses, aunque con algún aderezo estético de carácter oriental, para darle más personalidad. La principal innovación consiste en transformar a la muñeca propiamente dicha en un híbrido entre muñeca (a tamaño natural, en plan Berlanga) y zombie. En ese sentido, los rasgos de la muñeca nos remiten directamente al clásico fantasma de obras como "Kwaidan". Por desgracia, ahí acaba toda similitud con dicha obra maestra.
Por lo demás, el esquema argumental es netamente "slasher", con un grupito de niñatos cafres (pero que muy cafres) que sufren en sus carnes la venganza de ultratumba de una familia de bucólicos ciudadanos japoneses, el cabeza de la cual se dedica a construir muñecas.
A partir de dicha premisa, el filme se limita a los habituales corre-que-te-pillo y cuando-te-pillo-te-mato, dentro de una casa. Con generosas dosis de violencia y sexo, eso sí. En este último aspecto, Murata es generoso. No olvidemos que los adolescentes nipones son menos puritanos que los estadounidenses, puesto que semejante carga de carnaza, difícilmente sería tolerable en el mercado mainstream yanqui.
El ritmo de la película es bastante frenético, lo cual se agradece, puesto que poco contenido para recrearse puede ofrecer. Es éste uno de esos productos para ser consumidos y olvidados a toda velocidad, sin dejar ninguna clase de huella. En cualquier caso, sí hay una presencia de elementos visuales con cierta prestancia, pero que se asocian más a la estética del vídeoclip, que a la cinematográfica propiamente dicha.
En definitiva, del mismo modo que a lo largo de los últimos años hemos asistido a un desembarco de talentos del fantástico oriental en las producciones norteamericanas, ya sea en forma de obras propias, o en forma de remakes, también es notoria la influencia a la inversa. Así que, dejando de lado las mencionadas cuestiones acerca del sexo, por lo único que puede detectarse en un principio que "The Doll From Hell" pertenece a la industria japonesa, es por los rasgos físicos de los actores. En todo lo demás, no hay diferencias con respecto a cualquier slasher-churro-para-adolescentes de los USA.
Eso sí, al menos por lo visto aquí, dudo que Shinobu Murata acabe siguiendo la estela de los Nakata o Shimizu. Y es que no hay nada en este filme que valga mucho la pena, ni le otorgue un carácter distintivo.
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