viernes, 8 de agosto de 2008
"Zona restringida", de William Wesley
FICHA ARTÍSTICA:
Título Original: "Scarecrows"/ Dirección: William Wesley/ Guión: Richard Jefferies y W. Wesley/ Producción: Cami Winikoff y W. Wesley/ Fotografía: Peter Deming/ Montaje: W. Wesley/ Música: Terry Plumeri/ Efectos Especiales: J.B. Jones/ Reparto: Ted Vernon, Michael David Simms, Richard Vidan, Kristina Sanborn, Victoria Christian, David James Campbell, B.J. Turner, Dax Vernon, Tony Santory, Phil Zenderland, Mike Balog. USA. 1988. Color. 80'
Hubo una época en que los espantapájaros estaban de moda. Y es que hay géneros que se nutren de elementos coyunturalmente potentes, que se ve que funcionan. De todos ellos, seguramente el terror es el que más lo hace. Al fin y al cabo, por muchos años que pasen, una caída ridícula siempre hará gracia, dentro del género cómico. Una enfermedad incurable, siempre será motivo de llanto, dentro del drama. Pero los hallazgos a la hora de provocar miedo, parece que (afortunadamente) han ido renovándose con mayor o menor suerte, a lo largo de los años. Algunos permanecen y otros se esfuman.
Y en esa línea, los espantapájaros también tuvieron su minuto de gloria. Con telefilmes tan recordados como "La oscura noche del espantapájaros" de Frank de Fellita; también los ambientes rurales de sagas como "Los chicos del maíz" aprovechaban dicha escenografía. O la que hoy nos ocupa, dirigida, co-escrita, co-producida y montada en 1988 por William Wesley, con un título original que lo deja meridianamente claro: "Scarecrows".
Tenemos a una cuadrilla de malhechores que tras cometer sus fechorías se trasladan a un paraje sombrío y desierto, secuestrando al piloto de un pequeño avión y siguiendo los pasos de uno de los miembros de la banda (y del inevitable botín ilícitamente conseguido, claro). Por desgracia para ellos, se toparán con un espantapájaros con ganas de juerga.
La película es tópica, en cuanto a ceñirse a la típica estructura slasher en que una serie de personajes son exterminados por una entidad misteriosa. Sin embargo, Wesley consigue imprimir a la obra de una atmósfera indudablemente tensa y lograda. Una atmósfera que, una vez acabado el filme, es lo que más se recuerda, junto a su férreo sentido del ritmo y un guión que no se preocupa tanto por atar todos los cabos argumentales, como por transmitir mal rollo.
Por desgracia, a causa de la necesaria ambientación nocturna que exige el guión, la fotografía presenta un tono demasiado oscuro, que impide en algunos momentos ver con nitidez lo que está ocurriendo. Aunque por otro lado, dicha falta de visibilidad incide en el aspecto sórdido de la narración, acentuando aún más si cabe la tensión. Un defecto, de cualquier modo, bastante habitual hace años en películas de similar índole, sobretodo si estaban filmadas en escenarios naturales. En los últimos tiempos, la tecnología permite reflejar esos mismos escenarios y situaciones con mucha mayor visibilidad, aún respetando la tonalidad nocturna.
Pese a ese pequeño hándicap, "Zona restringida" es un aceptable producto. No demasiado conocido, curiosamente. Tal vez por no estar interpretado por actores que hayan tenido mayor repercusión. Lo mismo puede decirse de su director, después de ésta, su ópera prima, cuya carrera ha permanecido prácticamente inédita.
En cualquier caso, no me extrañaría nada que algún día se hablase de "remakear" esta película. Sobretodo dada la actual fiebre por este tipo de prácticas. Ya sucedió con otras, que al igual que "Scarecrows" permanecían arrinconadas en la memoria cinéfila, como "El hombre de mimbre" o "Llama un extraño". Obras que hasta hace dos o tres años tan sólo recordaban los más acérrimos seguidores del género. En ese sentido, "Zona restringida" es una más que plausible "carne de remake".
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