sábado, 16 de enero de 2010

"Marabunta", de Jim Charleston y George Manasse


FICHA ARTÍSTICA:

Título Original: "Legion of Fire: Killer Ants!"/ Dirección: J. Charleston y G. Manasse/ Producción: G. Manasse/ Guión: Linda Palmer y Wink Roberts/ Fotografía: Don E. FauntLeroy/ Música: Daniel Licht/ Montaje: Jim Cross/ Efectos especiales: Craig Weiss/ Reparto: Eric Lutes, Julia Campbell, Mitch Pileggi, Jeremy Foley, Bill Osborn, Dallen Gettling, Patrick Fugit, H.E.D. Redford, Rob Greyhill. USA. 1998. Color. 90'

Las películas "de bichos" parecen indefectiblemente asociadas a la Serie B. Sobretodo si hablamos de bichos pequeños, ya sea agigantados (como en las célebres pelis de CF de los años cincuenta) o bien atacando en masa, como en esta "Marabunta" que nos ocupa.

Del mismo modo, parece que, simplemente por el hecho de que una película sea adscrita a ese saco sin fondo llamado Serie B, haya que disculparle casi todo. Pues bien, en esta "Marabunta" que nos ocupa, no hay quien trague, francamente.

Y es que estamos ante un auténtico despropósito, por mucho que estemos hablando de un telefilme sin demasiadas pretensiones.

Los artífices de la película, es decir, los señores Manasse y Charleston por lo visto son un dúo de avezados creadores de productos televisivos, pero si películas como ésta son la mejor muestra de lo que son capaces, entonces diremos que son verdaderos especialistas en provocar la modorra vespertina que nos entra a todos después de comer ante la pequeña pantalla. Auténticos generadores de siestas.


El argumento es lo de menos, porque se supone que uno tampoco espera mayores novedades en esta trama de lugar que de repente aparece infestado por grandes batallones de hormigas carnívoras que irán acabando con todo lo que pillan a su paso, mientras entomólogos, policías, señoritas y niños que pasaban por allí, etc. salen corriendo tan rápido como pueden y/o tratan de hacerles frente.

Pero es que la película carece del más elemental sentido del suspense, del mismo modo que se muestra incapaz de mantener el interés, no digamos ya de suscitar la más mínima inquietud, o sensación de asco. Casi parece un filme infantil. Una ruina, en serio.

Entre el reparto encontramos a Mitch Pileggi, al que uno imagina mientras la rodaba echando de menos todos y cada uno de los episodios de "Expediente X", infinitamente más valiosos en todos los sentidos que este esperpento de hormigas informáticas.

En fin, si uno de repente se encuentra ante esta película en cualquier estantería o expositor de películas en DVD, lo más aconsejable es salir corriendo como si de verdad le persiguiesen cientos de insectos asesinos.

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