domingo, 25 de mayo de 2008

"Cumpleaños mortal", de J. Lee Thompson


FICHA ARTÍSTICA:

Título Original: "Happy Birthday to Me"/ Dirección: J. Lee Thompson/ Guión: John C.W. Saxton, Peter Jobin y Timothy Bond/ Producción: John Dunning y André Link/ Fotografía: Michael A. Jones y Miklós Lente/ Montaje: Debra Karen/ Música: Bo Harwood y Lance Rubin/ Efectos Especiales: Gilles Aird/ Reparto: Melissa Sue Anderson, Lawrence Dane, Glenn Ford, Sharon Acker, Frances Hyland, Tracey E. Bregman, Jack Blum, Matt Craven, Leonore Zann, David Eisner, Lisa Langlois, Michel-René Labelle, Richard Lebiere, Lesleh Donaldson, Earl Pennington. Canadá. 1981. COLOR, 103'

Y como para desmentir el último comentario de la anterior reseña, he aquí un slasher no sólo muy digno, sino que posee la suficiente cantidad de elementos diferenciadores como para hacer de él una obra con entidad propia, permitiendo que su recuerdo no se pierda en el magma nebuloso de la ingente cantidad de slashers ochenteros.

De hecho, esta producción canadiense con un título original bastante más acertado y original (valga la redundancia) que su traducción al español, se trata de una obra bastante primeriza, en cuanto al capítulo de slashers, dirigida en 1981 por el siempre eficaz y en ocasiones brillante J. Lee Thompson, algo antes de dedicar casi por completo su última etapa como director a la figura de Charles Bronson y sus célebres filmes del justiciero urbano Paul Kersey.

A pesar de que el cuerpo argumental entra de lleno en los esquemas tradicionales de este tipo de filmes, se pueden encontrar, como decía, diferencias con respecto a otros. Sobretodo en cuanto a la estructura narrativa, que va fluctuando entre presente y pasado, lo cual constituye una inteligente y audaz manera de esquivar la rutina en la que suelen incurrir los slashers más torpes. De esta forma asistimos a los acontecimientos que rodean la vida de una joven a raíz de un accidente producido en turbias circunstancias que le ha dejado secuelas mentales importantes, que se manifestarán al mismo tiempo que se van produciendo a su alrededor muertes, al parecer relacionadas con los sucesos que dieron origen a dicho accidente.


De la misma manera, una puesta en escena bastante elegante y bien planificada, con una fotografía en gélidos y nocturnos tonos azulados también merece destacarse como un punto a favor. O la elección de Melissa Sue Anderson como protagonista. Una actriz no especialmente buena, pero cuya presencia muestra un adecuado equilibrio entre belleza, frialdad y la apariencia de verosimilitud en cuanto a ser una chica "normal y corriente" que requiere su personaje.

Otro atractivo evidente: Glenn Ford, claro. Es lo primero que llama la atención del reparto. Y si bien su personaje no ostenta un carácter protagónico, sí entra en acción en el momento adecuado, a pesar de que es patente tanto su deterioro físico y artístico como su condición de reclamo para el espectador. Afortunadamente, como ha quedado dicho, hay otras virtudes que le dan al filme la suficiente entidad, sin tener que recurrir en exclusiva a esa presencia del legendario actor.

En ese sentido, el potente final de la película merece una mención expresa. Es obvio que todo slasher que se precie debe tener un final impactante y (si puede ser) inesperado. Cosa, tanto la una como la otra, que no siempre se consigue. Pero en este caso, el guión de John C. W. Saxton ("Curso del 84") contiene ambas propiedades.

Con todo, el regusto final no acaba de ser tan notable como cabría esperar, a tenor de lo dicho. A título personal, encuentro que un capítulo tan fundamental en esta clase de películas como es la forma de resolver las muertes de los personajes, no acaba de ser del todo lucida, existiendo un desequilibrio, por cuanto algunas sí son brillantes, pero otras no tanto. Igualmente, la duración de la peli se me antoja algo excesiva, posiblemente a causa de algún punto muerto en el ritmo narrativo provocado por la mencionada estructura.


Pero como decía al principio, éste es uno de esos slashers que merece la consideración de correcto y digno. Con sus virtudes y defectos, pero que entra de lleno en el cuerpo de los que, sin presentar la factura de los clásicos del estilo, consigue evadir la mediocridad en la que cayeron muchos otros. Una vez más, la muestra de que cuando tras la cámara se encuentra un cineasta mínimamente talentoso, no queda sitio para la vulgaridad, por muy manida que parezca la propuesta.

1 comentario:

ATXEIN dijo...

Gran slasher ochentero, y de los màs queridos. Cualquier aficionado a este gènero tiene en esta cinta una visiòn obligatoria, con un final muy bueno¡¡