jueves, 31 de julio de 2008
"Pacto de sangre 2: La maldición de la bruja", de Jeff Burr
FICHA ARTÍSTICA:
Título Original: "Pumpkinhead II: Blood Wings"/ Dirección: Jeff Burr/ Guión: Constantin e Ivan Chachornia/ Producción: Brad Krevoy y Steven Stabler/ Fotografía: Bill Dill/ Montaje: Lauren A. Schaffer/ Música: Jim Manzie/ Efectos Especiales: Beverley Hartigan, Howard Berger y Gregory Nicotero/ Reparto: Andrew Robinson, Ami Dolenz, Soleil Moon Frye, J. Trevor Edmond, Hill Harper, Alexander Polinsky, Mark McCraken, Steve Kanaly, Gloria Hendry, Lilyan Chauvin, Caren Kaye, J.P. Manoux. USA. 1994. Color. 84'
Hace unas semanas hablábamos de "Pacto de sangre". Hace unos días hablábamos de "Gritos en Oldfield". Pues ahora tenemos la segunda parte de la primera, dirigida por el director de la segunda. Y es que el mundo es un pañuelo. Y claro, los hallazgos hay que exprimirlos como sea. Porque son ir a tiro hecho y porque permiten aprovechar las ideas de otros sin necesidad de estrujarse mucho la materia gris.
Al menos eso debieron pensar algunos mandamases de la productora cuando le encargaron la secuela del filme de Stan Winston a Jeff Burr. Habían pasado seis años, tiempo más que suficiente para que Pumpkinhead hubiese calado en el corazoncito de los entusiastas de la serie b y del terror de vídeoclub.
El esqueleto argumental es muy parecido. Pumpkinhead irrumpe de nuevo para cobrar venganza, tras hechos luctuosos que acontecen sobre la "pobre" bruja que ejerce de guardiana de la criatura demoníaca. Así que el huesudo demonio tendrá ocasión de explayarse a gusto, con más brutalidad y más sangre que en la obra precedente de Winston.
De todas formas, aunque la trama presente rasgos de similitud, el tono formal es ciertamente distinto. Aquí tenemos un ritmo bastante más vivo, un humor algo más acentuado y un mayor nivel de sexualidad. Bajo mi punto de vista, todo eso ayuda a que el aspecto de entrañable serie B de la primera se vea diluido en ésta, por razón de esa artificiosidad. Seguramente a causa del hecho de que una secuela difícilmente puede conservar el carácter sorpresivo o novedoso de forma intacta, se intentan acentuar otra clase de recursos y elementos. Con ello, como digo, lo que se logra es que la obra pierda su carácter genuino y se vuelva más vulgar.
Por otro lado, los personajes (más numerosos en la secuela) tampoco consiguen resultar simpáticos, ni atractivos. Empezando por el sheriff interpretado por Andy Robinson, el inolvidable psicópata Scorpio de "Harry, el sucio". Su personaje aquí es tirando a lamentable.
Asimismo, se nota que Stan Winston no interviene para nada. Porque ni siquiera el propio Pumpkinhead está del todo bien caracterizado, pese a que (sobre el papel) a mediados de los noventa las posibilidades de los efectos especiales eran más y mejores. En cambio, contra todo pronóstico, el monstruo de esta segunda parte es más rudimentario y pobre. No impone aquella sensación de Ser tenebroso y terrible. Más culpa de la dirección que del equipo de efectos (Berger & Nicotero).
De todos modos, lo peor de todo aparece al final. La forma en que se remata la historia (y por extensión, al bicho) es cuanto menos sonrojante. Ese final parece pergeñado por un Spielberg de tercera división, que seguramente en contra de sus propios intereses, al pretender "humanizar" al ser, lo que provoca es que pierda ese carácter peligroso y temible. En otras palabras, aquí lo lacrimógeno está totalmente fuera de lugar.
Dicho todo ello, esta "Pumpkinhead II" no es una secuela del todo desdeñable. Tiene su interés, sobretodo si uno disfrutó con la original, se quedó con ganas de seguir viendo a la criatura creada por Stan Winston y no espera mucho más que pasar hora y media entretenida con un filme simpático y que se deja ver sin mayores problemas. Por lo menos, no aburre, que ya es mucho.
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1 comentario:
No se yo si el maestro Winston hubiera aprobado esta secuela, pero la verdad es que su criatura era tan condenadamente buena que siempre es un placer volver a verla en acción.
Saludos!!
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