viernes, 14 de noviembre de 2008
"Visiones", de Andrew Fleming
FICHA ARTÍSTICA:
Título Original: "Bad Dreams"/ Dirección: Andrew Fleming/ Guión: Steven E. de Souza y A. Fleming/ Producción: Gale Anne Hurd/ Fotografía: Alexander Gruszynski/ Montaje: Jeff Freeman/ Música: Jay Fergurson/ Efectos Especiales: Roger George y Lise Romanoff/ Reparto: Jennifer Rubin, Bruce Abbott, Richard Lynch, Dean Cameron, Harris Yulin, Susan Barnes, John Scott Clough, Elizabeth Daily, Susan Ruttan, Sy Richardson. USA, 1988. Color. 84'
De Andrew Fleming sobretodo conocemos en España su película del año 1996 "Jóvenes y brujas". Un producto de carácter eminentemente juvenil, concebido para el lucimiento de la entonces musa del terror adolescente Neve Campbell, pero dotado de cierta gracia. Especialmente por presentar un argumento que escapaba un poco de los lugares comunes del género en aquel entonces (y de hecho, en la actualidad).
Pues bien, la ópera prima de Fleming, producida ocho años antes, es esta "Visiones" Un filme protagonizado por Jennifer Rubin, secundada por caras tan conocidas por aquella época como las de Bruce Abott (fresca aún "Re-Animator") o Harris Yulin (eterno secundario de esos cuyo rostro inmediatamente nos resulta familiar, pero al que nunca conseguimos poner nombre).
En esta ocasión, también la protagonista es una joven, pese a que la trama en sí no tenga nada que ver con la de la cinta aludida al principio. Se trata de la historia de una chica que, tras haber sobrevivido milagrosamente a una infausta ceremonia en el marco de una reunión sectaria, con incendio devastador incluido, se verá asaltada por las visiones a las que hace referencia el título en español ("malos sueños", sería la traducción exacta del inglés) en las que el gurú de la mencionada secta volverá de la tumba para tratar de arrastrarla a los abismos de la locura.
La acción se enmarca en un escenario tan aprovechable y socorrido, cinematográficamente hablando, como es el de un sanatorio para enfermos mentales. El personaje principal, contagiará de alguna manera sus propios fantasmas al resto de los internos, provocando toda clase de desastres. Mientras, los doctores (ahí entra en escena Bruce Abbott) intentarán poner en claro todo lo que ocurre, debatiéndose entre las causas puramente psicológicas o la naturaleza sobrenatural de los acontecimientos.
La película tiene una factura modesta, pero correcta. Los personajes están tratados de un modo superficial, como es de rigor en una obra de estas características, pero con el suficiente mimo como para hacerlos reconocibles, a ojos del espectador. Mientras, las partes más efectistas y terroríficas presentan una apariencia imaginativa.
Con todo, no hay que perder de vista que se trata de un producto bastante hijo de su tiempo y sin voluntad de perdurar mucho más allá. Es pues, una opción perfectamente legítima para todos aquellos aficionados al terror de vídeoclub de los ochenta, que no esperen más que una hora y media de entretenimiento y evasión garantizados. Al fin y al cabo, como siempre digo aquí, la media de calidad de aquellos años, estaba bastante por encima de la de ahora.
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1 comentario:
Richard Lynch (y lo que me ha costado encontrarle)... creia que era el eterno secundario que dices, pero no...
¿Por que recuerdo yo hasta este tio en esa pelicula?
Misterios de una mente perturbada, la mia, vamos...
Un besote!!!
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