domingo, 15 de marzo de 2009

"Están vivos", de John Carpenter


FICHA ARTÍSTICA:

Título Original: "They Live"/ Dirección: John Carpenter/ Guión: J. Carpener, basado en un relato de Ray Nelson/ Producción: Larry J. Franco/ Fotografía: Gary B. Kibbe/ Montaje: Gib Jaffe y Frank E. Jimenez/ Música: Alan Howarth y J. Carpenter/ Efectos Especiales: Roy Arbogasat/ Reparto: Roddy Piper, Keith David, Meg Foster, George "Buck" Flower, Peter Jason, Raymond St. Jacques, Jason Robards III, John Lawrence, Susan Barnes, Sy Richardson. USA, 1988. Color. 91'

Que Carpenter es un cineasta especializado en el fantástico y que su contribución al género en la segunda mitad del siglo XX fue modélica, es algo fuera de toda duda. Pero si algo conocemos de él, asimismo, es su aprecio por los clásicos. De ahí que en diferentes ocasiones se haya acercado a ellos para ofrecer su propia versión, convenientemente actualizada (véase "La Cosa" o "El pueblo de los malditos").

En el caso de "Están vivos", no podemos hablar de un remake, puesto que no lo es. Pero sería absurdo negar su pertenencia clara a la misma corriente clásica de obras como "La invasión de los ladrones de cuerpos", así como su adscripción a los esquemas de la CF cinematográfica y televisiva de los años cincuenta y sesenta.

De ese modo, aquí Carpenter nos narra la silenciosa invasión de unas inteligencias ajenas a lo terrestre, que tiene lugar de improviso. El protagonista, una especie de trotamundos urbano, sin trabajo ni residencia fijos, se topará de repente con esa realidad alterada, que se ha posesionado de los lugares y de las personas que le rodean, hasta constituir una nueva forma de existencia. Una forma de existencia en la que se impondrán los sistemas más alienantes y esclavizadores, a fin de someter a los individuos al más férreo control mental y activo.

Como vemos, nada que no se haya contado antes, de muy diversas formas. Carpenter lo hace de un modo entretenido, con presencia abundante de elementos de comedia y acción, dejando su habitual sello narrativo.


Con todo, el filme no pasa de ser un entretenimiento tan aceptable como discreto. En parte por culpa de un protagonista, como Roddy Piper, francamente insulso. Del mismo modo, hasta que empiezan a sucederse los primeros encuentros con la anormalidad por parte del personaje principal, la narración se hace excesivamente premiosa. De alguna manera, se nota en exceso el origen de la historia (un relato) y de ahí su, hasta cierto punto, artificioso alargamiento, para conformar un largometraje.

Por contra, el mensaje implícito, el de la manipulación y el sometimiento de la personalidad como "armas de destrucción masiva", está bastante conseguido. Lástima que el filme no aporte nada nuevo, dentro de esa clase de historias. Digamos que dentro de sus virtudes está la de no resultar una obra estridente o exageradamente efectista (con lo que su componente clasicista está perfectamente preservada), pero en esa misma falta de rasgos distintivos también se halla su mayor lastre.

En todo caso, un Carpenter menor, que se nota facturado en su etapa de mayor productividad (los años ochenta) tan disfrutable como cualquier otro de ese mismo carácter evasivo y hecho con gusto y respeto hacia el espectador aficionado al género. Tampoco cabe esperar más (ni menos) de una autoconsciente serie B que se precie, ¿no?

2 comentarios:

Quimérico Inquilino dijo...

Bufff! Para mí este el el peor Carpenter. Con una absurda y larga pelea entre los dos protagonistas en un callejón, que se carga el ritmo interno de la película y hace que esta caiga en picado hasta ese ridículo final. La verdad, siempre prefiero olvidarme que Carpenter tiene esta peli...
Y mira que le he perdonado hasta "Fantasmas de Marte" XD

Almas Oscuras dijo...

Realmente es, junto a Fantasmas de Marte, el peor Carpenter. Pero tratándose de Carpenter siempre vale la pena escarbar un poquito para encontrarle su lado más positivo (Carpenter merece ese pequeño esfuerzo).
Por cierto, corren rumores de remake.

Saludos y enhorabuena por el blog.