domingo, 29 de marzo de 2009

"La casa del terror", de Joseph Ellison


FICHA ARTÍSTICA:

Título Original: "Don't Go In The House"/ Dirección: Joseph Ellison/ Guión: Ellen Hammill, Joe Masefield y J. Ellison/ Producción: Ellen Hammill/ Fotografía: Oliver Wood/ Montaje: Jane Kurson/ Música: Richard Einhorn/ Efectos Especiales: Matt Vogel/ Reparto: Dan Grimaldi, Robert Osth, Ruth Dardick, Charles Bonet, Bill Ricci, Dennis Hunt, John Hedberg, Johanna Brushay, Darcy Shean, Mary Ann Chin, Jim Donnegan. USA, 1980. Color. 78'

Afortunadamente, después de unas cuantas reseñas acerca de obras con perfil bajo y tono más bien gris, llega el momento de hablar de una película realmente disfrutable. Máxime porque se trata de una obra bastante desconocida. Tal vez por su factura modesta, o la ausencia de actores (y director) conocidos.

Pero he aquí una de esas historias de psychokillers bien hecha, con el punto justo de verosimilitud y sordidez, sin abusar necesariamente de los efectos sanguinolentos, sino que basa gran parte de su efectividad en el conseguido retrato del protagonista, así como en la capacidad del director, para introducirnos en la dañada psique del mismo.

Las referencias a "Psicosis" son constantes, tanto en cuanto a la trama, como en cuanto a diferentes planos y secuencias (las vistas exteriores de la casa donde transcurre gran parte de la acción, por ejemplo), directamente sacadas del clásico de Hitchcock, pero siempre desde un tono respetuoso y honesto.


Y es que aquí también encontramos a un individuo perturbado por la omnipresencia de la figura materna en su vida. Una figura que le acompañará aún después de muerta, tras haberle "proporcionado" una niñez y juventud harto desagradables. En ese punto es donde empieza su "carrera" asesina, al más puro estilo Ed Gein, pese a contar, en este caso, con un elemento diferencial constantemente presente en la narración: el fuego.

Desde el mismo arranque de la peli, con una secuencia llena de fuerza, en la que asistimos al primer comportamiento anómalo del protagonista, al ser incapaz de socorrer a un compañero de trabajo accidentado por culpa de una inoportuna llamarada, tendremos pues al fuego como leitmotiv continuado, dado su carácter evocador y perturbador para el personaje, a raíz de (una vez más) sucesos acaecidos en su niñez y con la madre como desencadenante.

De ahí en adelante, la caída en el abismo para el individuo, que iniciará su trayectoria como asesino de jovencitas, a las que pretende conquistar (evidente necesidad liberadora) pero a las que se "verá obligado" a asesinar en cuanto descubran accidentalmente sus peculiares circunstancias vitales.


Dan Grimaldi, el actor que interpreta al asesino, refleja a la perfección el carácter gris y carente de rasgo carismático alguno. Es un sujeto perfectamente normal en el exterior. De ahí que resulte tan satisfactorio y logrado el modo en que Joseph Ellison nos introduce en su mente, que poco a poco se irá llenando de visiones y tinieblas, a medida que se va consumando su irrefrenable descenso a los infiernos de la locura.

Una puesta en escena muy sobria, casi de telefilme, con el puntual aditamento de sustos y efectos terroríficos perfectamente distribuidos a lo largo del relato. Y un resultado final que deja muy buen sabor de boca. Porque, dentro de la más absoluta modestia (los efectos de maquillaje son bastante pintorescos, por ejemplo), lo cierto es que la película funciona a las mil maravillas, dentro de los aspectos principales.

Así pues, una pequeña pieza de artesanía, sabiamente ejecutada. De ésas que, a pesar de toda la inmensa pléyade de productos de rasgos similares, brilla por su falta de pretensiones, así como por su tremenda efectividad. Sobretodo por el gran acierto que supone la firme y conseguida incisión dentro del núcleo principal de esta clase de historias: la mente del asesino. Aspecto muy evidente, pero que, por contra, se olvida en numerosas ocasiones, en aras de la pirotecnia formal, o de una atmósfera exageradamente artificiosa.

2 comentarios:

Quimérico Inquilino dijo...

La tengo por ahí olvidada (como tantas otras), pero tu comentario me ha animado a rescatarla.

Un saludo!

Rey Nova dijo...

Esta la he visto, me encantó, su lado enfermizo esta bien reflejado. Buena pelicula.