jueves, 10 de diciembre de 2009
"El rojo en los labios", de Harry Kümel
FICHA ARTÍSTICA:
Título Original: "Les Lèvres Rouges"/ Dirección: Harry Kümel/ Guión: Pierre Drouot y H. Kümel/ Producción: Paul Collet y Henry Lange/ Fotografía: Eduard Van der Enden/ Montaje: Denis Bonan y August Verschueren/ Música: François de Roubaix/ Dirección Artística: Françoise Hardy/ Efectos especiales: Eugene Hendrickx/ Reparto: John Karlen, Delphine Seyring, Danielle Ouimet, Andrea Rau, Paul Esser, Georges Jamin, Joris Collet, Fons Rademakers. Alemania-Francia-Bélgica, 1971. Color. 99'
Cuando uno piensa en el tema vampírico aplicado al sexo femenino, instantáneamente se le vienen a la cabeza dos historias o mitos: la Carmilla de LeFanu y la célebre Elizabeth Bathory. De ambos personajes se ha escrito y filmado mucho. Pero esta película del belga Harry Kümel no es precisamente de las más conocidas, en este caso en relación a las andanzas de la Condesa Sangrienta.
Lo cierto es que se trata de una obra eminentemente modesta, con todos los tics del fantaterror europeo de los años setenta, en este caso, pasado por el tamiz de los ambientes pseudoeróticos tan en boga durante aquellos años.
De este modo, nos hallamos dentro del terreno de los mucho más conocidos Jess Franco o Jean Rollin. Los dos auténticos "fieras" de este tipo de obras.
Pero mira tú por dónde, la película de Kümel, aún sin ser nada del otro jueves, posee un acabado lo suficientemente aceptable como para dar bastantes patadas a la media de las de los aludidos. Aunque claro está, para eso tampoco haga falta ser un Robert Wise o un Mario Bava.
El escenario no puede ser más sobrio y simplista: dos jóvenes recién casados, durante su viaje de bodas, irán a parar a un hotel prácticamente vacío, situado en un neblinoso y oscuro territorio del centro de Europa. En dicho hotel, se toparán con la malvada y seductora Bathory, acompañada de su fiel criada Ilona, todo ello a pocos kilómetros de la capital donde se están produciendo desde hace años una misteriosa serie de asesinatos de jóvenes que son brutalmente desangradas.
Evidentemente, pocas sorpresas encontramos en "El rojo en los labios". Una puesta en escena aceptablemente elegante, un tono que se debate entre el misterio y el erotismo más light, con un trío de protagonistas principales, eso sí, muy bien elegidos, por su indudable belleza. En ese sentido, la Condesa interpretada por la libanesa Delphine Seyrig resulta de lo más sugestiva y tentadora. Con sus dosis justas de frialdad y de capacidad para seducir.
Por lo demás, el argumento discurre por cauces más o menos lindantes con cualquier historieta de corte softcore, con la pareja siendo seducida por la experimentada "vampira", a base de sucesivos juegos eróticos y de manipulación, hasta desembocar en un desenlace que entra de lleno en lo esperado.
El ritmo del filme es pausado y, desde luego, si uno va buscando contenidos eminentemente terroríficos, se va a quedar con las ganas. Como se ha dicho, "El rojo en los labios" es una funcional película hija de su tiempo, de las que, más que el terror en el espectador, pretendía otra clase de emociones, más de cariz lúbrico que otra cosa. A pesar de ello, Kümel demuestra no ser del todo torpe, a la hora de introducir planos de indudable buen gusto a lo largo de la narración, así como a mantener firme el cuerpo de la trama de un modo adecuado, sin que ésta desemboque en un mero desfile de tetas y culos.
En definitiva, un plato para el gusto de los aficionados al fantaterror claramente europeísta, que no británico, (ya sabemos que éste último iba más al grano) que si bien no supone ni una vuelta de tuerca, ni una muestra destacable del género, sí aporta ese cierto deleite que constituye el puro completismo.
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