sábado, 30 de agosto de 2008

"La posesión de Joel Delaney", de Waris Hussein


FICHA ARTÍSTICA:

Título Original: "The Possession of Joel Delaney"/ Dirección: Waris Hussein/ Guión: Irene Kamp y Matt Robinson, sobre la novela de Ramona Stewart/ Producción: Martin Poll/ Fotografía: Arthur J. Ornitz/ Montaje: John Victor Smith/ Música: Joe Raposo/ Diseño de Producción: Peter Murton/ Reparto: Shirley MacLaine, Perry King, Michael Hordern, David Elliott, Lisa Kohane, Barbara Trentham, Lovelady Powell, Edmundo Rivera Álvarez, Teodorina Bello, Robert Burr, Miriam Colon, Ernesto González. USA, 1972. Color. 93'

En pleno 2008, las historias de carácter más o menos satánico ya están abundantemente explotadas. No siempre con acierto, aunque por fortuna, podemos encontrar un buen puñado de grandes obras, con la "magna trilogía" formada por "La semilla del Diablo", "El Exorcista" y "La Profecía" en lo más alto, debidamente acompañadas por muchas otras de menor calibre, pero igualmente apreciables.

En todas esos acercamientos a la temática satánica, o de las posesiones en general, ésta se ha abordado desde muy distintos puntos de vista. Sin ir más lejos, en los últimos años hemos encontrado productos más que aceptables como son "El exorcismo de Emily Rose", amén de algún otro procedente del continente europeo, con el rasgo común de tratar el asunto desde un punto de vista realista, no tan dependiente de los efectos especiales o de la hemoglobina más o menos gratuita.

"La posesión de Joel Delaney" podría perfectamente integrarse dentro de esa corriente, con el añadido de haber sido producida muchos años antes. Antes incluso que la obra maestra de Friedkin. En cualquier caso, lo que Waris Hussein nos cuenta aquí no es tanto una posesión satánica como espiritual.

Un joven llamado Joel Delaney es víctima de extraños y violentos comportamientos de la noche a la mañana, ante la preocupación de su hermana (Shirley MacLaine) que se encargará de investigar qué se halla tras esa anómala conducta. Mientras tanto, se empezarán a producir asesinatos que apuntarán indefectiblemente a Joel.


Si uno se sienta a ver esta película esperando encontrar la habitual traca de efectismos diversos, seguramente se va a sentir desengañado. Porque como apuntaba antes, estamos ante un tratamiento narrativo eminentemente realista. Y como tal, funciona. Es posible que adolezca de una cierta morosidad en cuanto al ritmo, que sin embargo queda compensado por la agradabilísima presencia de Shirley MacLaine.

Presencia que, al fin y al cabo, constituye uno de los reclamos principales del filme, especialmente si tenemos en cuenta que pertenece a una época en la cual la actriz estadounidense ya había dejado atrás su etapa clásica con los inmortales trabajos de Billy Wilder que la catapultaron a la fama. Y de hecho, la década de los setenta ha sido una de las más oscuras dentro de la trayectoria de la actriz, que volvió al primer plano bastante más tarde, gracias a obras como "La fuerza del cariño", cuando ya había dejado atrás la mediana edad.

En ese aspecto, es una delicia admirar la belleza y el talento que exhibe MacLaine en esta película. El director Waris Hussein lo sabe, de ahí que repose el mayor peso de la narración sobre sus hombros.

Por lo demás, es posible que al propio Hussein se deba el hecho de que la peli no termine de brillar mucho más allá de la mera corrección, por ser un cineasta de talento más o menos limitado. Ello no es óbice para que en "La posesión de Joel Delaney" encontremos momentos interesantes, como la fiesta de cumpleaños de Joel, en una secuencia de lograda tensión. O un tramo final asimismo inquietante.


Obviamente, no nos hallamos ante una obra comparable a cualquiera de las grandes muestras del género que dieron los años setenta. Pero sí es de agradecer un punto de vista cuanto menos distinto a lo que solía ser habitual en aquellos momentos. En esa línea de películas perfectamente dignas, que hacen pasar un buen rato, aún sin resultar especialmente memorables.

1 comentario:

El Abuelito dijo...

Ya la he visto, después de leer su coementario: no está nada mal. La estética realista de los setenta no es lo mío, pero de eso no tiene la culpa el filme...
Magnífica la secuencia del ritual portorriqueño, verista más no poder, con ese chamán de gafas de pasta que parece el cantaor Porrita de Badajoz... Mete miedo y todo. Y sobre todo no aburre, que es más d elo que pueda decirse de tantas pelis similares.
Gracias por la referencia...