domingo, 31 de agosto de 2008

"30 días de oscuridad", de David Slade


FICHA ARTÍSTICA:

Título Original: "30 Days of Night"/ Dirección: David Slade/ Guión: Steve Niles, Stuart Bettie y Brian Nelson, sobre la novela gráfica de Steve Niles y Ben Templesmith/ Producción: Sam Raimi y Robert G. Tapert/ Fotografía: Jo Willems/ Montaje: Art Jones/ Música: Brian Reitzell/ Diseño de Producción: Paul D. Austerberry/ Efectos Especiales: Jason Durey/ Reparto: Josh Hartnett, Melissa George, Danny Huston, Ben Foster, Mark Boone Junior, Mark Rendall, Amber Sainsbury, Manu Bennett, Megan Franich, Joel Tobeck, Elizabeth Hawthorne, Nathaniel Lees, Craig Hall, Chic Littlewood, Peter Feeney, Min Windle, Camille Keenan. USA, 2007. Color. 113'

Los tiempos avanzan que es una barbaridad y los mitos clásicos del género no quieren quedarse atrás, de ahí que también parezcan impelidos por una necesidad perentoria de adquirir nuevos bríos y velocidades. Así, si en los últimos años hemos asistido a una progresiva aceleración motriz de los zombies, que antaño se movían de manera torpe y desangelada, ahora es el turno de los vampiros, que se han vuelto de lo más hiperactivo. De hecho, los vampiros de "30 días de oscuridad" se contemplan casi como híbridos entre las criaturas sedientas de sangre de toda la vida (más o menos) y los actualísimos "infectados" de recientes filmes post-apocalípticos que todos tenemos en mente.

También es cierto que en el caso que nos ocupa, el lenguaje del cómic tiene mucho que decir (no en vano el filme está basado en uno), pero también la necesidad de contentar a un público eminentemente juvenil, acostumbrado a los videojuegos y más proclives a la adrenalina que a la tensión contenida.

Se esperaba con interés este segundo trabajo del británico David Slade, tras su aclamado (excesivamente, para mi gusto) debut con "Hard Candy". Para ello, se sirve del protagonismo de un Josh Hartnett que persiste en tratar de demostrar que ya ha dejado atrás la etapa juvenil, a pesar de sus perennes rasgos adolescentes y recién ingresado en la treintena. En casos como "La Dalia Negra", tal circunstancia era un obstáculo insoslayable. Aquí, sin embargo, consigue dar el pego con mayor fiabilidad.


Los aspectos argumentales de "30 días de oscuridad" la emparentan directamente con el western. Con esa clase de westerns opresivos, del estilo de "Río Bravo", que también narraban situaciones de asedio y con los que cineastas como Hawks habían conseguido hacer evolucionar los westerns más "abiertos" y ceñidos a escenarios amplios. Circunstancia que, indefectiblemente, nos lleva a pensar en otro amante del western, del cine de Hawks y de la misma forma, auténtico icono del género terrorífico, como John Carpenter.

Y es que Carpenter ya propuso hace algunos años en su notable "Vampiros" mucho de lo que se recoge aquí. Cambiemos el clima del desierto polvoriento de Texas por el gélido ambiente de Alaska durante sus treinta noches seguidas de oscuridad y encontraremos una narración de tono similar. Al fin y al cabo, los vampiros de Carpenter también eran bastante macarras (aunque no tanto como el peculiar "van helsing" interpretado por James Woods que se dedicaba a terminar con ellos).

En cualquier caso, volviendo a la peli de Slade, se trata de un producto funcional, con todos los tics de modernidad (no siempre bien entendida) que presenta actualmente el género, como por ejemplo esos movimientos de cámara espasmódicos en los momentos de acción, siempre tan irritantes. Por otro lado, tampoco los intérpretes ayudan a engrandecer la factura de la obra. Obvio es que no se trata de una historia "de actores", pero sí presentaba los mimbres suficientes (al menos sobre el papel) para tratarse de una obra "de personajes". Sin embargo, Slade parece más interesado en recrearse a otros niveles.

Así pues, como entretenimiento adrenalínico el resultado es tan correcto como olvidable. De la misma forma, hay que resaltar una aceptablemente lograda ambientación nocturna y claustrofóbica, que al fin y al cabo viene a ser la principal intencionalidad de la historia, a fin de que cumpla su cometido de transmitir inquietud. Igualmente, encontramos algún plano interesante, como esa vista aérea de los destrozos de la plaga vampírica y del enfrentamiento con "los buenos", que nos retrotrae de manera clara a aquel fabuloso inicio de "El amanecer de los muertos" versión Zack Snyder.


Pero en cualquier caso, independientemente de que los fans del cómic de Niles y Templesmith hayan podido quedar más o menos satisfechos con la adaptación, independientemente del buen (y sangriento) tono de los efectos especiales, e independientemente del mérito indudable de los artífices de la peli (por ahí anda Sam Raimi) para convencer a un actor como Danny Huston para meterse en la paliducha piel del jefe de los vampiros, no nos hallamos ante una obra que vaya a quedar en ningún caso como referente dentro del género. Y es que, en el fondo, es un trabajo bastante más convencional de lo que seguramente el propio Slade querría. Lo mismito que "Hard Candy".

1 comentario:

ATXEIN dijo...

A mi tampoco me lleno del todo..

Por cierto Tyla te queria comentar unas cositas en privado, te dejo mi mail ok?? atxein@gmail.com

No es nada sexual ni pa pedirte dinero eh, no te vayas a creer...jajajajaja