jueves, 7 de enero de 2010

"El Padrastro", de Joseph Ruben


FICHA ARTÍSTICA:

Título original: "The Stepfather"/ Director: Joseph Ruben/ Producción: Jay Benson/ Guión: C. Lefcourt, B. Garfield y D. Westlake/ Fotografía: John Lindley/ Montaje: George Bowers/ Música: Patrick Moraz/ Diseño de Producción: James William Newport/ Efectos Especiales: William H. Orr/ Reparto: Terry O'Quinn, Jill Schoelen, Shelley Hack, Charles Lanyer, Stephen Shellen, Stephen E. Miller, Robyn Stevan, Jeff Schultz, Lindsay Bourne, Anna Hagan, Gillian Barber. USA-Reino Unido. 1987. Color. 85'

La figura del psicópata o asesino en serie ha evolucionado con los tiempos, qué duda cabe. Así, desde unas primeras semblanzas en las cuales nos los "pintaban" como individuos completamente alejados de la sociedad, auténticos "freaks" de la peor especie (procedentes en su mayoría del ámbito del American Gothic), hubo un momento en que a alguien (no sé a quién, aunque posiblemente novelas como "American Psycho" tuvieran mucho que ven en ello) se le ocurrió la idea de que dichos personajes podrían dar mucho de sí si se les integraba de lleno en el ámbito social e incluso familiar.

De ese modo, películas como "Atracción fatal", "Bésame antes de morir" o "La mano que mece la cuna", ya nos presentaban a psicópatas que podían pasar en un momento dado como personas perfectamente normales, hasta que un detonante determinado les hacía mostrar su verdadero yo monstruoso. Todas ellas son películas que surgieron desde finales de los ochenta y que a lo largo de los noventa casi caracterizaron a dicha tipología de personajes.

Obligado es, no obstante, hacer alusión como referencia mucho más lejana en el tiempo al personaje de Joseph Cotten en "La sombra de una duda" del Maestro Hitchcock, quien sí merecería el galardón de precursor absoluto de esta clase de situaciones y tratamientos.


"El Padrastro" entra de lleno en esos esquemas, naturalmente. Un padre de familia perfectamente normal. Atento, cariñoso, humano... al que vemos desde un buen inicio de lo mucho (y malo) que es capaz. Ese inicio en el que el personaje se nos presenta en plena "fechoría" es inteligente, porque nos enseña hasta qué punto corren peligro sus potenciales víctimas.

Joseph Ruben es un cineasta modesto, que no ha llegado a demostrar nunca ser capaz de grandes cosas, pero que posee un puñado de filmes comerciales y de cierto gancho, como "Sólo ante la ley", "Durmiendo con su enemigo", "El buen hijo"... (las dos últimas podrían emparentarse perfectamente con la que nos ocupa) o la más primeriza y fantasiosa "Dreamscape".

Además, en el guión de "El padrastro" encontramos un nombre tan destacado y a tener en cuenta como el del gran novelista Donald Westlake.

Del mismo modo, el personaje principal está interpretado por un actor tan de rabiosa actualidad en la pequeña pantalla como Terry O'Quinn. Y aquí, todo hay que decirlo, compone a un psicópata perfectamente creíble.

A pesar de que la dirección de Ruben es bastante plana y de una factura casi telefílmica (de hecho, numerosos telefilmes han imitado en los últimos años este tipo de historias), la película se deja ver con agrado. No es pródiga en sanguinolencia, pero sí es hábil narrativamente. En una palabra: funciona. Hasta tal punto funciona, que tuvo dos secuelas y un recientísimo remake.

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