"X Cross", de Kenta Fukasaku

FICHA ARTÍSTICA:

Título Original: "XX (Ekusu Kurosu): Makyo Densetsu"/ Dirección: Kenta Fukasaku/ Producción: Masatake Kondo/ Guión: Nobuyuji Joko, sobre la novela de Tetsuya Oishi/ Fotografía: Takashi Komatsu/ Música: Yoshihiro Ike/ Montaje: Chieko Suzaki/ Diseño de Producción: Tomoharu Nakamae/ Reparto: Nao Matsushita, Ami Suzuki, Hiroyuki Ikeuchi, Ayuko Iwane, Nozomu Iwao, Kyoji Kamui, Rikiya Koyama, Yoshiyuki Morishita, Shoko Nagakawa/ Japón. 2007. Color. 90'

Que hoy en día todo está globalizado, es una obviedad. Y si hablamos de los últimos años y del cine de terror, pocas sorpresas parecen aguardarnos. La última, posiblemente, fue el "descubrimiento" del género al modo en que lo tratan los asiáticos, a raíz de "Ringu".

Pero del mismo modo que esa clase de historias pueden haber servido de modelo para las industrias de otros países, lo mismo ha sucedido a la inversa. Es decir, también los orientales han introducido en su forma de hacer cine de terror las influencias de otros lugares, en especial americanas.

"X Cross" es una de esas muestras, muy reciente. Una película que, a pesar de presentar un punto de partida basado en las leyendas urbanas (en este caso más bien rurales) que van pasando de boca en boca y que tantas veces han servido como disculpa para los argumentos del terror asiático, lo cierto es que se desarrolla con un ritmo totalmente influido por los yanquis.


Así, las dos amigas que llegan a un aislado lugar para disfrutar (pobres incautas) de sus medicinales aguas termales, van a tener más bien poco descanso. Todo lo contrario. Se pasarán la película corriendo y escapando de los mitos vivientes locales, en forma de furibunda prole masculina que se dedica a cortar las piernas de las mujeres. Total, que las dos protagonistas tienen muy mala pata (risas).

Independientemente de la calidad del filme, que es más bien limitada, lo que nos ofrece "X Cross" y su director, el tal Kenta Fukasaku (conocido sobretodo por la prescindible secuela de "Battle Royale"), es una narración que tan sólo vemos que es oriental (japonesa, concretamente), por las características físicas de los personajes. Y es que, en todo lo demás, podría pasar perfectamente por cualquier americanada adolescente del montón.

Con toques de comedia, mucha acción, demasiada oscuridad en el ambiente (uno se llega a cansar de tanta carrerita nocturna y de tanto móvil que no para de sonarles a los personajes y que no les sirve para nada) en esta muestra más bien poco inspirada de horror juvenil tan sólo destinado a paladares escasamente exigentes.

Mucho más cercana a "Llamada perdida" que a "Dos hermanas", en definitiva.