lunes, 16 de junio de 2008

"El asesino tras la máscara", de David Paulsen


FICHA ARTÍSTICA:

Título Original: "Savage Weekend"/ Dirección y Guión: David Paulsen/ Producción: John Mason Kirby y D. Paulsen/ Fotografía: Ladislaus Vidor/ Montaje: Zion Avrahamian y Jonathan Day/ Música: Dov Seltzer/ Reparto: Christopher Allport, Jim Doerr, David Gale, Devin Goldenberg, Marilyn Hamlin, Caitlin O'Heaney, Jeff Pomerantz, William Sanderson, Yancy Butler, Adam Hirsch, Don Plumley, Ben Simon. USA. 1979. Color. 82'

En principio, la idea de ver lo que consigue uno de los artífices de series como "Dinastía" o "Dallas" poniéndose a contar una historia tipo "La matanza de Texas" suena cuanto menos chocante. Digamos que son distintas formas de aterrorizar al espectador. Pues eso es lo que el tal David Paulsen hizo a finales de los setenta. En realidad, la época de los culebrones vino después, pero bueno, tampoco creo que el orden de los factores altere el producto.

El momento en que se hizo la película sirve muy bien como punto de referencia, puesto que de alguna manera enlaza la época dorada del American Gothic setentero con el incipiente slasher de los ochenta. Y eso es, en definitiva, lo que viene a ser "El asesino tras la máscara".

A diferencia del típico slasher, los protagonistas son personajes de mediana edad. Aunque eso no sea impedimento para que sus diálogos y comportamientos sean más o menos iguales a los de los habituales adolescentes de las sagas de "Halloween", "Viernes 13" o "Elm Street". Van igual de salidorros y se meten en los mismos líos. En ese sentido, el nivel de erotismo resulta apreciable.

La trama no puede ser más tópica. Una serie de parejas se dirigen a pasar unos días en una zona campestre en la que vive el característico perturbado autóctono con instintos asesinos, que en la América profunda hace el mismo efecto que el clásico perro de tres patas de la España interior y que podemos encontrar como reclamo en cualquier folleto publicitario de turismo rural.


A partir de ese esquema, el filme se divide en dos partes muy claras. En primer término, un segmento (excesivamente largo) en que se presenta a los personajes, se establecen los antecedentes del lugar al que se dirigen y se plantean las relaciones entre ellos, impostadamente dramáticas, en algunos casos. Finalmente, una última media hora en que se desatará la violencia (no especialmente sangrienta, por otro aldo) y tendrá lugar el grueso de asesinatos, amén de producirse alguna que otra sorpresa. No podía ser menos, dado el aspecto (enmascarado) del asesino.

Rasgos distintivos de la peli: una banda sonora reconocible y peculiar; tanto en la secuencia de créditos inicial como a lo largo del filme se deja escuchar y constituye un aspecto ciertamente inquietante de la obra. También inquieta la propia factura del filme, con un tono entre amateur y sórdido, especialmente reconocible en fotografía y montaje. Un tono que hemos visto muchos años después pretender ser recuperado, con resultados bastante risibles. Sordidez que emana indefectiblemente de la obra seminal y de referencia de Tobe Hooper y que obedecía tanto a escenarios y contextos temporales, como a la falta de medios. Algo que se puede imitar, pero que difícilmente se va a conseguir de manera artificiosa (seguramente el que más cerca ha estado de hacerlo ha sido Alexandre Aja con su potente remake de "Las colinas tienen ojos").

Dejando de lado esas cuestiones, "El asesino de la máscara" no deja de ser un producto intrascendente y poco satisfactorio, especialmente a causa de su plomizo primer tramo. A pesar de su aceptable media hora final y de los puntos de interés reseñados, globalmente es una obra aburrida y con poca entidad, ampliamente superada por multitud de propuestas similares. Únicamente interesante para completistas del género y fanáticos del terror rural setentero.

1 comentario:

Rey Nova dijo...

Otra curiosidad de aquellas que desconocia por completo, si bien señalas que es muy mala, al menos algun interes despierta. A ver si me topo con ella algun dia. Saludos.