jueves, 5 de junio de 2008

"Fata Morgana", de Vicente Aranda


FICHA ARTÍSTICA:

Título Original: "Fata Morgana"/ Dirección: Vicente Aranda/ Guión: Gonzalo Suárez y V. Aranda/ Producción: Palmiro Aranda y Antonio Rabinad/ Fotografía: Aurelio G. Larraya/ Música: Antonio Pérez Olea/ Montaje: Emilio Rodríguez/ Reparto: Teresa Gimpera, Marianne Benet, Marcos Martí, Antonio Ferrandis, Alberto Dalbés, Antonio Casas, Glòria Roig, Francisco Álvarez, Juan Sellás, Antonio Oliver, José Medina. ESPAÑA. 1965. COLOR, 82'

Hace unos días destacaba la buena factura de otra de las primeras películas de Aranda: "La novia ensangrentada". Pues bien, he aquí su ópera prima. Que asimismo sirvió como muestra del estilo de la Escuela de Barcelona, movimiento que aglutinó a jóvenes talentos de aquellos momentos, como Joaquin Jordà, Portabella, Bofill o el propio Aranda.

En "Fata Morgana" encontramos, además, la presencia de otro talento de renombre, como el de Gonzalo Suárez, asimismo debutante en aquellos años en labores de guionista.

De la misma manera que en la película aludida anteriormente, aquí también son patentes las huellas de cineastas europeos de la época, como Polanski o la Nouvelle Vaugue en pleno. Con mucha más presencia, de hecho. En ese sentido, tanto la figura de Teresa Gimpera (guapísima y sin nada que envidiar a una Catherine Deneuve) como el propio desarrollo argumental se adscriben de lleno a las corrientes más arriesgadas y experimentales, aún sin ser una de esas obras indigestas o insoportablemente crípticas.


Pero lo cierto es que el cuerpo argumental de "Fata Morgana" es más una cadena de distintos momentos, que una historia con principio y final, o un desarrollo más o menos cohesionado. El propio Aranda manifiesta que su mayor interés a la hora de hacer la película fue el planificar y plasmar las secuencias por separado y no tanto el carácter conjunto y global de la obra.

Podría decirse que este filme sigue los mismos parámetros que la ejecución de una pieza de jazz. A partir de un motivo central más o menos reconocible, se establecen toda una serie de variaciones e improvisaciones, que giran en torno a él. No en vano la banda sonora de la peli (excelente, por cierto) está compuesta por ese tipo de música.

Así pues, a través de un entorno lindante con la ciencia ficción apocalíptica y antropológica, encontramos a una serie de individuos que aparecen y desaparecen de la acción, cuyas relaciones entre sí no están del todo claras, pero que de alguna forma gravitan alrededor del personaje de Teresa Gimpera, que se erige en cierta forma como un símbolo de la feminidad. Tema éste, que se advierte como uno de los principales de la obra.

Y es que, no nos engañemos, tan salidos y obsesionados por las mujeres estaban estos, como Pedro Lazaga o Mariano Ozores, aunque revistiesen sus propuestas de intelectualidad. Al fin y al cabo, con el paso de los años, las formas y contenidos del Aranda director no acabaron distanciándose en exceso de la "españolada landista" más tópica. Y con menos gracia, por añadidura. En ese aspecto, infinitamente mejor el Aranda primerizo (al igual que el Suárez primerizo o el Bigas Luna primerizo). Seguramente de todos ellos es Suárez el que ha sabido mantener unos mayores niveles de interés, a lo largo de su carrera.

En esa línea de pensamiento, no deja de ser curioso analizar las carreras de algunos cineastas y comprobar cómo sus obras resultan mucho más estimulantes en los momentos en que disponían de menor libertad. Un fenómeno curioso, cómo las limitaciones estimulan la creatividad.


Con todo, aún sin ser una película sobresaliente, "Fata Morgana" sí constituye un apreciable estímulo para todo estudioso del cine más inquieto y distinto. Especialmente en el marco de una cinematografía como la hispana. En ella encontramos momentos visualmente atractivos y sugerentes, repletos de ese tipo de simbologías que resulta de lo más entretenido tratar de desentrañar.

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