miércoles, 25 de junio de 2008

"Tears of Kali", de Andreas Marschall


FICHA ARTÍSTICA:

Título Original: "Tears of Kali"/ Dirección y Guión: Andreas Marschall/ Producción: Becker Olivera/ Fotografía: Heiko Merten y Michael Schuff/ Montaje: A. Marschall/ Música: Bharti India y Panama John/ Efectos Visuales: Dennis Becker/ Reparto: Pietro Martellanza, Brittner Udo, Anja Gebel, Oefelein Leoni, Michael Balaun, Marcel Trunsch, Mathieu Carriere, Cora Chilcott. Alemania. 2004. Color. 105'

He aquí una propuesta indudablemente curiosa. Otra cosa es que su acabado sea más o menos bueno. Pero que supone una cierta novedad entre toda la caterva de productos repetitivos y clónicos estadounidenses y (por imitación) europeos, eso es indudable. Otra cosa es si hablamos de novedad estricta, dentro del panorama fantástico mundial. Ahí ya veremos que no. La firma el alemán Andreas Marschall, que junto a su (aún) corta carrera como cineasta, tiene experiencia en algún otro tipo de disciplina artística, como la del diseño de artwork para bandas de heavy metal.

No es sorprendente, si atendemos al llamativo estilo visual de "Tears of Kali". Película que se podría despachar tranquilamente diciendo: es como un vídeoclip de Rammstein, con el argumento de un cuento de Richard Laymon escrito en mitad de una indigestión de comida india.

En realidad, el filme está compuesto por tres episodios (y un prólogo) estrechamente relacionados entre sí, aunque su estructura y narración son independientes. Vendrían a resumirse en: una serie de individuos tienen relación con un arcano y misterioso personaje, especie de gurú oriental, en el marco de unas no menos curiosas terapias alternativas, que les acabarán provocando toda clase de trastornos tanto físicos como mentales.


No nos engañemos. En el ánimo de Marschall, lo de menos es la trama, con algún que otro pasaje bastante incongruente. Su principal preocupación estriba en el gancho de presentar su película como un conglomerado de llamativos reclamos visuales, ya sea buscando la plasticidad, ya sea provocando al espectador con generosas dosis de sangre. En ese sentido, encontramos momentos rayanos en el gore. Momentos cuyo nivel de rechazo, en todo caso, queda atenuado por la citada sobrecarga de esteticismo.

Despojando el filme de su apariencia más evidente, lo que queda es una pobre historia episódica, con nula inventiva y menor interés, en cuanto a narración de horror pura. Como digo, se trata de una obra dirigida a un público más pendiente de la estridencia inmediata que de la verdadera conmoción cinematográfica.

Es ahí donde, en igual medida que la factura videoclipera y hueca, entra en acción una evidente influencia del cine fantástico de cierta parte del continente asiático. En este caso, de países como Tailandia. Películas que buscan principalmente el susto fácil y continuado hasta el hartazgo. Eso sí, con (de nuevo) una fundamental importancia del tratamiento visual, muy por delante de la propia consistencia dramática.

Si filmografías como la japonesa o (en menor medida) la coreana se han caracterizado últimamente por repetir hasta la saciedad los mismos esquemas argumentales, las de Tailandia o Taiwán son más bien un batiburrillo de imaginería llena de exotismo que entra por los ojos y ahí se queda, con la más pobre dotación interpretativa y narrativa.


A la postre, eso es "Tears of Kali". Una suerte de cuento exótico explicado por un alemán de esos "brutotes", dividido en cuatro partes, narrado con uno de esos montajes sincopados tan desagradables en ocasiones (obra del propio director, por cierto) y una dirección de fotografía que en algunos momentos alcanza resonancias epilépticas. La clase de películas que, una vez se han visto, pasan automáticamente al cajón del olvido. A evitar a toda costa, si se sufre de jaqueca o resaca matinal.

4 comentarios:

cerebrin dijo...

Lo cierto es que la tengo muy olvidada, pero la recuerdo como algo simpática a pesar de que la calidad de los episodios que la conforman era muy desigual entre si. Sin duda el mejor es el primero, el de la chica que esta ingresada haciendo terapia, cuya escena de los ojos, en verdad que me parecio espeluznante.

Tyla dijo...

No me extraña que la tengas olvidada, jeje.

En cuanto a la desigualdad de los episodios, pues no sé qué decirte. Para mí son todos ellos demasiado uniformes, precisamente. Tanto en cuanto a argumentos como en cuanto a calidad.

Hay un par de momentos impactantes, sí. Pero como conjunto... flojita, flojita.

cerebrin dijo...

No se, ya te digo que tengo una idea muy vaga de la película y de lo que iba cada episodio, y que al principio parecia prometer la cosa, pero poco a poco iba perdiendo fuelle, sobre todo en la última historia, que era de unos que se quedaban como encerrados en una casa y una especie de espiritu hacía de las suyas, ¿no? Y el segundo tampoco estaba mal, tenía su coña, el del nazi que iba al psicólogo...

Pero bueno, no te metas mucho con el director por si las moscas, que creo recordar que era un mostrenco de aqui te espero. Todo sea que te lea y se enfade. :P

Rey Nova dijo...

Pues a mi esta me gustó, es cutre, pero visualmente tiene momentos que me impactaron. Soy fácil de complacer. Saludos¡¡¡