viernes, 12 de febrero de 2010

"The House of the Devil", de Ti West


FICHA ARTÍSTICA:

Título original: "The House of the Devil"/ Dirección y Guión: Ti West/ Producción: J. Braun, L. Fessenden, R. Kass y P. Phok/ Fotografía: Eliot Rocket/ Montaje: Ti West/ Música: Jeff Grace/ Dirección Artística: Chris Trujillo/ Efectos Especiales: Christian Beckman/ Intérpretes: Jocelin Donahue, Tom Noonan, Mary Woronov, Dee Wallace, Greta Gerwing, AJ Bowen, Heather Robb, Darryl Nau, Brenda Cooney, Danielle Noe, Mary B. McCann, John Speredakos. USA. 2009. Color, 95'.

Ti West. Conviene no olvidar este nombre y apellido, fácil de recordar, sin duda. Aunque sólo sea por filmes como el que nos ocupa. Por lo visto también es el artífice de la secuela de "Cabin Fever" (todavía inédita por aquí), pero a falta de saber qué habrá hecho con ella, "The House of the Devil" es ya suficiente motivo para otorgarle un más que merecido voto de confianza.

Y es que cuando aparece alguien que se empeña (y consigue) saltarse las insoportables convenciones del género en la actualidad como este director que aún no ha cumplido treinta años, bien merece un aplauso.

Si hoy en día lo que "se lleva" es la narración apresurada y las atmósferas más artificiosas y poco creíbles, aquí Ti West se lo pasa por el mismísimo forro y construye un filme pausado, que discurre sin prisas ni atropellos. Aún a riesgo de que gran parte del potencial espectador juvenil tendente a la dispersión salga corriendo a los veinte minutos.

Las tramas de terror protagonizadas por canguros o niñeras son un clásico. Ahí tenemos piezas como "Halloween" o "Llama un extraño". Con esta última es, seguramente, con la que "The House of the Devil" tiene más en común. Al menos, en cuanto a su desarrollo. Sin embargo, existen suficientes elementos diferenciadores. Elementos de los que cuanto menos se sepa, mejor que mejor.

El caso es que West se las ingenia para transmitir una conseguida sensación de inquietud a lo largo de una hora larga, para luego aligerar la acción de un modo preciso y bien estudiado en el tramo final, en un desenlace tan impactante y potente como cabe esperar. En todo momento sabemos que algo oscuro se cierne sobre la joven protagonista (bien interpretada por la poco conocida Jocelin Donahue), y eso es suficiente para mantener la intriga, gracias al buen hacer del director, que tan sólo usa (que no abusa) del efectismo con cuentagotas, como debe ser.

En el filme vemos caras conocidas en papeles secundarios pero con sustancia (Tom Noonan, Mary Woronov, Dee Wallace...) que ayudan a otorgar mayor entidad a la propuesta. Sobretodo en el caso de Noonan, que compone un personaje de lo más inquietante.

Así pues, película más que recomendable. Especialmente indicada para los amantes del terror moderno, pero a la vieja usanza. Una de esas obras que, sin romper esquemas (más allá de lo apuntado al principio), o salirse de las líneas habituales, sí presenta el suficiente interés como para suponer un pequeño soplo de aire fresco entre tanto remake insulso y videoclipero de usar y tirar (o tirar, directamente).

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