"La muerte desciende ligera", de Leopoldo Savona

FICHA ARTÍSTICA:

Título original: "La Morte Scende Leggera"/ Dirección: Leopoldo Savona/ Guión: Luigi Russo y L. Savona/ Fotografía: Luciano Trasatti/ Montaje: Otello Colangeli/ Dirección Artística: Fabrizio Diotallevi/ Maquillaje: Marcella Pelliccia/ Intérpretes: Stelio Candelli, Patrizia Viotti, Veronika Korosec, Rosella Bergamonti, Tom Felleghy, Antonio Anelli, Marcello Di Martire, Mathily Doria, Fernando Cerulli. Italia. 1972. Color, 85'.

Los italianos a la muerte la han hecho andar con tacón alto (Ercoli) y ahora (bueno, en 1972) este Savona se deduce que le ha puesto chanclas, para que camine más ligerita. El caso es que tras el título rimbombante de rigor, encontramos otro giallo más para la colección. Y que dure. Porque siempre es agradable encontrar giallos que a uno le faltaba por ver.

En esta ocasión, nos hallamos ante una muestra no especialmente virtuosa, pero sí muy representativa del subgénero y de un acabado francamente agradable, aún estando enmarcada dentro del convencionalismo formal.

Un individuo regresa de un viaje y se encuentra a su mujer asesinada. Por alguna extraña razón (que es lo primero que piensa el espectador), en lugar de dirigirse a la policía, lo que hace es acudir a un amiguete poderoso que tiene, para que le proporcione una coartada. A partir de ahí, esperando acontecimientos, se refugiará con su amante en un hotel, donde también empezarán a suceder cosas.

Lo bueno que tenían estos giallos es que, cuando estaban mínimamente bien hechos (como es el caso), aspectos como el interpretativo o el puramente argumental, pasaban a un segundo plano. Daba un poco lo mismo la verosimilitud, el acabado del guión, porque lo que de verdad contaba era que la atmósfera estuviese lograda, que los momentos sorpresivos o de giros de guión consiguiesen cierta capacidad de impactar y mantener al espectador pendiente de lo que ocurría.

Si a ello se le añadía alguna gota de sexualidad por aquí y por allá (Savona lo hace con cierta generosidad), pues miel sobre hojuelas.

En ese sentido, "La muerte desciende ligera", aún estando lejos de los títulos más valiosos del giallo italiano setentero, sí constituye un buen ejemplo. Y ello es sobretodo porque el director logra que la atmósfera (especialmente todo lo que ocurre en el hotel) sea lo suficientemente turbia.

Ése es, a la postre, el rasgo más distintivo de la cinta. Porque Savona no es que sea un director para tirar cohetes (su otro filme conocido es "Byleth"), del mismo modo que aquí ni siquiera encontramos actores carismáticos del género y de la época, ni directores de fotografía o compositores de bandas sonoras excesivamente distinguidos. Total, que para lo que podía haber sido un giallo olvidable y hasta mediocre, "La muerte desciende ligera" acaba revelándose como una obra correcta, dentro de su modestia.