lunes, 1 de febrero de 2010
"Proyecto vampiro", de Peter Flynn
FICHA ARTÍSTICA:
Título original: "Project Vampire"/ Dirección y Guión: Peter Flynn/ Producción: Daren Hicks y Simon Tamms/ Fotografía: Joseph Mealey/ Montaje: Michael Schulte/ Dirección Artística: P. Flynn/ Música: Robert King/ Efectos Especiales: John Criswell/ Intérpretes: Myron Natwick, Brian Knudson, Mary Louise Gemmil, Christopher Cho, Paula Randol-Smith, John-Scott Taylor, Christopher Wolf, Oliver Leymarie, Kelvin Tsao, Ray Essler, Bob Rudd, Chris DeCanette, Leroy Jones, Betsy Ferguson. USA. 1993. Color, 87'.
Si una critatura de la tradicional galería de las figuras terroríficas está hoy en día vista, revisada, reinventada y sobreexplotada, ésa es la del mito que popularizó Bram Stoker, esto es: el vampiro. Desde actualizaciones del clásico por excelencia, hasta traslaciones a otros universos completamente distintos. Sagas como "Crepúsculo" y series como "True Blood" seguramente son la penúltima muestra de todo ello, pero el goteo es incesante.
Así que enfrentarte a otra historia de vampiros, a no ser que seas un absoluto devoto de las mismas, suscita una cierta sensación de cansancio. De todos modos, como el gusanillo de la curiosidad casi siempre puede más que cualquier prevención más o menos justificada, he aquí otra más.
Un científico (Myron Natwick) con rasgos de gurú sectario ha diseñado un suero capaz de vampirizar a voluntad a sus víctimas, así como la capacidad de controlarlas a su antojo. El joven protagonista, uno de los infectados potenciales, tratará de desbaratar sus planes, con la ayuda de una enfermera y un amiguete aficionado a los ordenadores.
La idea de postmodernizar (más que modernizar a secas) el mito no es nueva, ni que decir tiene. Seguramente habría que acudir al referente de "Jóvenes ocultos" para encontrar el primer germen, así como su inclusión dentro del ámbito del público juvenil, o a narraciones y posteriores adaptaciones como "El Ansia", de Tony Scott para este tipo de historias que habitualmente se caracterizaban por su clasicismo y su ubicación en entornos más o menos adultos.
El caso es que "Proyecto vampiro" no deja de ser otro apunte más, en esa misma línea. Vampiros modernos, dirigidos a un público más juvenil y palomitero. En ese sentido, el filme de Flynn entronca más con las estructuras ochenteras típicas.
Sin embargo, hay algún que otro elemento en la película que la dotan de un cierto valor, aunque sólo sea a título de curiosidad. Por ejemplo el aspecto "industrializador" del vampirismo, así como la creación de, por así llamarlos, ejércitos o comandos de criaturas de la noche. Ese "vampirismo organizado" que no mucho después Joss Whedon adoptaría para su archifamosa serie de "Buffy Cazavampiros", o también veríamos de alguna forma reflejado en sagas como "Underworld", "Blade", etc.
En todo caso, dejando de lado algún aspecto puntual, como el gusto de Flynn (aquí director y guionista, pero habitualmente encargado de las labores de dirección artística) por lo estético, "Proyecto vampiro" no pasa de ser un producto de lo más prescindible. Valdría como entretenimiento puntual si por lo menos aportase algo, pero es que en este caso, como ha quedado dicho, poca novedad admite la temática.
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