lunes, 15 de febrero de 2010

"Los invasores del abismo", de Ruggero Deodato


FICHA ARTÍSTICA:

Título original: "I Predatori di Atlantide"/ Dirección: Ruggero Deodato/ Guión: Tito Carpi y Vincenzo Mannino/ Producción: Alex Tiu/ Fotografía: Roberto D'Ettore Piazzoli/ Montaje: Vincenzo Tomassi/ Música: G. Y M. De Angelis/ Efectos Especiales: Gino De Rossi/ Intérpretes: Christopher Connelly, Gioia Scola, Tony King, Stefano Mingardo, Ivan Rassimov, Giancarlo Patri, Bruce Baron, George Hilton, Mike Monty, Michele Soavi, Adriana Giuffrè. Italia-Filipinas. 1983. Color, 88'.

Del mismo modo que en España los ochenta son sinónimo de comedia madrileña o en los USA de slasher juvenil, la década de las hombreras y los moldeados imposibles dejaron en Italia su impronta en forma de este tipo de filmes post-apocalípticos y de fantasías ultraviolentas, metiendo en la batidora todo el espectro de influencias "useñas" pasadas por el particular tamiz de la bella Italia.

Hablar de Deodato no es hablar precisamente de cine sutil y "con mensaje". Lo suyo siempre han sido los productos más inmediatos y casposos, siendo uno de los máximos exponentes de la serie Z transalpina, gracias a muestras como "Los bárbaros", "Trampa para un violador", "La lavadora asesina" y, por supuesto, la celebérrima "Holocausto caníbal".

En ese sentido, subgéneros como el de las historias post-apocalípticas y violentas, le van como anillo al dedo, a la hora de exhibir todo su catálogo de carnaza y sanguinolencia. Aunque ello suponga ingeniárselas para mezclar ingredientes tan aparentemente dispersos como: ex combatientes del Vietnam a sueldo del Gobierno, investigaciones sobre la Atlántida, tribus urbanas ultraviolentas, rusos...

Todo vale para este tipo de filmes. Lo cual no tiene nada de malo, si se hubiese conseguido un producto con un mínimo viso de permanecer más o menos intacto, a la hora de transmitir violencia y mal rollo.


Pero claro, si vistas hoy en día, películas como ésta lo único que consiguen es parecer "entrañables", pues poco se puede decir en su favor. Seguramente es ahí donde la factura de producto endeble y coyuntural muestra toda su esencia. Es como pretender que una peli de Terence Hill y Bud Spencer le haga a uno brotar su instinto de violencia más oculto y soterrado. Pues va a ser que no.

En este mejunje no faltan los protas rubios-machotes (Christopher Connelly), los negros-graciosillos (Tony King), las macizas-macizas (Gioia Scola), amén de alguna presencia simpática, como la del sempiterno George Hilton, o la del director Michele Soavi (algo así como ver a Orson Welles de secundario en una peli de Jess Franco).

Si contemplamos "Los invasores del abismo" como simple y pura atracción aventurera para pasar el rato y olvidarse del mundo, tampoco hay mucho que rascar. Especialmente cuando aquí no hay ni rastro de la sensación de aventura clásica, con todo su encanto añejo, ni (evidentemente) la perfección en cuanto a efectos especiales que hoy en día se ha conseguido a la hora de contarnos tramas de acción y efectos. Difícilmente, cuando es en este aspecto donde el cine más parece haber evolucionado.

Así pues, esta muestra de fantasía aventurera ochentera itálica sólo puede ser disfrutada a día de hoy por los irreductibles nostálgicos que en su momento asistieron a un primer visionado y pretenden revivir sensaciones pretéritas. Para todos los demás: otro truño de Deodato. Pero bueno, siempre será más distraído que ver a Íker Jiménez hablando de la Atlántida con sus "expertos".

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