lunes, 8 de febrero de 2010

"Terror en el convento", de Bruno Mattei


FICHA ARTÍSTICA:

Título original: "L'Altro Inferno"/ Dirección: Bruno Mattei/ Guión: Claudio Fragasso y B. Mattei/ Producción: Arcangelo Picchi/ Fotografía: Giuseppe Bernardini/ Montaje: Liliana Serra/ Música: Goblin/ Intérpretes: Franca Stoppi, Carlo De Mejo, Francesca Carmeno, Susan Forget, Franco Garofalo, Paola Montenero, Sandy Samuel, Andrea Aureli, Tom Felleghy. Italia. 1981. Color, 89'.

Si en la anterior entrada hacíamos referencia a Antonio Bido como uno de los representantes del terror italiano más o menos "elegante", ahora le toca el turno al bueno de Mattei, que viene a ser algo así como la otra parte contratante. Es decir, uno de los más distinguidos ejemplos del terror transalpino más visceral y desprejuiciado.

De todas formas, quien suscribe, jamás se cansará de defender a este cineasta, del mismo modo que al Fulci de las mejores épocas. Son directores que sabían muy bien lo que querían contar, cómo contarlo y cómo "llegar" a su público. Además de tener una capacidad innata para la creación de secuencias y planos impactantes, sin importar ni los medios, ni la coherencia narrativa.

En este caso, Mattei aborda con su característico estilo uno de esos subgéneros que con el tiempo se fueron popularizando y que cineastas como Joe D'Amato o el propio Fulci (en diferentes ocasiones) trataron también: el de las monjas y el satanismo.

Algo que, no hace falta ser un Pitágoras para darse cuenta, siempre daba ocasión de introducir cuerpos femeninos ligeros de ropa, morbo eclesiástico, además de los propios elementos estrictamente terroríficos. En ese sentido, las historias de terror con monjas siempre dieron mucho juego. Otra cosa es que formalmente dieran lugar a obras más o menos aceptables.

En este caso, estamos ante una de las más distinguidas. A pesar de toda la (inevitable) gratuidad de sangre y vísceras (algo que ya es intrínseco a cualquier filme de Mattei, desde los más logrados hasta los más cochambrosos), aquí el cineasta italiano consigue un innegable clima de "mal rollete", al saber aprovechar perfectamente esos escenarios claustrofóbicos y siempre sugerentes que son los monasterios cerrados llenos de rincones oscuros, de pasillos secretos, catacumbas, habitaciones prohibidas...

El personaje principal es un joven sacerdote, aunque en realidad lo de sacerdote lo sabemos por el alzacuellos y porque él lo dice, ya que su comportamiento es el que podría tener cualquier tipo que llega a un convento de monjas a investigar los fenómenos extraños que se producen allí. De sutilezas, más bien pocas, no nos engañemos. No estamos ante un personaje tan complejo y rico como el Padre Karras de "El Exorcista", precisamente. Por cierto, que dicho cura está interpretado aquí por Carlo De Mejo, conocido sobretodo por ser hijo de la mítica Alida Valli. Y según cuenta Mattei, un actor que iba bastante "a su bola".

El guión del filme lo firma el ínclito Claudio Fragasso, que si hemos de hacer caso a De Mejo, casi dirigió la mitad de la película, ya que mientras Mattei estaba en un escenario rodando una escena, Fragasso hacía lo propio en otro.

Hablar de Fragasso, ya sea detrás de las cámaras, como en labores de guionista, es sinónimo de endeblez y casposidad, qué duda cabe. Ésta no es una excepción. Lo más flojo de "Terror en el convento" es el guión. Más que de un argumento hilado o de una trama con cara y ojos, cabría hablar de una sucesión de pasajes terroríficos más o menos relacionados con un lugar y una tipología de personajes concretos, pero poco más. Especialmente, la segunda mitad de la película es prácticamente un dislate, en cuanto a desarrollo argumental.

De todos modos, esta falta de rigor es casi un signo distintivo de esta clase de cine. Como decíamos antes: el sacrificio de la coherencia narrativa en detrimento del efecto. Lo que prima es, sobretodo, el desarrollo de las secuencias a fin de conseguir la meta perseguida. Esto es: impactar al espectador. En ese sentido, la película cumple con su cometido a las mil maravillas.

Y es que "Terror en el convento" (mucho más bonito su título original "L'Altro Inferno", por cierto) va sobrada de elementos de horror: monjas poseídas, escenarios claustrofóbicos, animales asesinos, zombies, niños deformes, encarnaciones demoníacas... En definitiva, un auténtico desfile de casquería y salvajadas "made in Mattei". Todo ello dispuesto, y he ahí el gran valor de este cineasta, con una gracia y un estilo que son más difíciles de imitar de lo que parece. O sino, que se lo pregunten a los americanos. ¡Y con música de Goblin!

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