domingo, 21 de febrero de 2010

"Shakma", de Tom Logan y Hugh Parks


FICHA ARTÍSTICA:

Título original: "Shakma"/ Dirección: Tom Logan y Hugh Parks/ Guión: Roger Engle/ Producción: Hugh Parks/ Fotografía: Andrew Bieber/ Montaje: Mike Palma/ Música: David C. Williams/ Dirección Artística: Edward Bennett/ Efectos Especiales: David Goodell/ Intérpretes: Christopher Atkins, Amanda Wyss, Roody McDowall, Rob Edward Morris, Tre Laughlin, Greg Flowers, Ann Kymberlie, Donna Jarrett. USA. 1990. Color, 101'.

Pues parece que la cosa sigue yendo de animales peludos. En este caso, no estamos ante un humano convirtiéndose en "algo" sino a un mono con muy mala baba. No son muchas las historias de terror en cine protagonizadas por monos (dejando de lado al primate cinematográfico por excelencia, "King Kong", evidentemente), aunque algo anterior a ésta que nos ocupa hoy recordamos "Atracción diabólica" de George A. Romero.

En "Shakma", la presencia del bicho todavía impone más. Y tal vez en esa cierta originalidad del planteamiento, amén de alguna que otra presencia como la del nunca bien ponderado Roddy McDowall es donde residen los mayores reclamos de este filme dirigido a cuatro manos por dos cineastas poco relevantes.

En cualquier caso, una vez establecido el punto de partida y el escenario de la película (escenario del cual no nos moveremos en ningún momento) sólo queda por ver las evoluciones del "mono loco" pululando por los pasillos y las habitaciones, acabando con los incautos frikis (McDowall ejerce de Master) que pasan el rato jugando a rol.


Y bien, no se puede negar que el filme es efectivo. Porque la simplicidad del planteamiento está muy bien aprovechada a la hora de mostrar lo que (al fin y al cabo) el espectador está deseando ver. En ese sentido, la truculencia es generosa y la narración no da lugar al aburrimiento, a pesar de lo repetitivo de las situaciones.

Además, si ya de por sí resulta agradable ver al gran McDowall, amén de al bicho furioso dando saltos y arrasando con todo, por el mismo "precio" tenemos la oportunidad de contemplar el impagable careto de susto del otrora ídolo adolescente femenino Christopher Atkins ("El lago azul"), realmente poco más se puede pedir.

Es más, contemplada con una cierta perspectiva, "Shakma", a pesar de ser relativamente reciente, casi se puede considerar como precursora a la hora de narrar una trama terrorífica con estructura de videojuego. Y desde luego, bastante más entretenida que muchas de las que, años después, adoptaron semejantes esquemas y que a día de hoy nos siguen inundando las pantallas con muchos más efectos especiales y considerablemente menos encanto.

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