domingo, 7 de febrero de 2010
"Sombra sangrienta", de Antonio Bido
FICHA ARTÍSTICA:
Título original: "Solamente Nero"/ Dirección: Antonio Bido/ Guión: Marisa Andalò, Domenico Malan y A. Bido/ Fotografía: Mario Vulpiani/ Montaje: Amedeo Giomini/ Dirección Artística: Carlo Leva/ Música: Stelvio Cipriani/ Intérpretes: Lino Capolicchio, Craig Hill, Stefania Casini, Massimo Serato, Juliette Mayniel, Laura Nucci, Attilio Duse, Gianfranco Bullo, Luigi Casellato, Alfredo Zammi, Alina De Simone, Emilio Delle Piane. Italia. 1978. Color, 108'.
Caso curioso, el de Antonio Bido. Un cineasta que empezó bastante joven y que con apenas veintitantos años dirigió dos filmes prácticamente seguidos, "Whatch Me When I Kill" y "Sombra sangrienta", pero que tras alguna película más, ha visto su trayectoria estancada desde el inicio de los noventa. Y desde luego, si atendemos a lo mostrado aquí, apuntaba buenas maneras.
Un joven profesor universitario acude a visitar a su hermano sacerdote en una pequeña localidad veneciana y así huir de un período de difusos conflictos interiores. Por desgracia, se encontrará con una serie de misteriosos asesinatos que le implicarán directamente, como parte de la oscura trama que se halla tras ellos.
A partir del esquema "giallesco" típico, Bido construye una historia con multitud de sospechosos y una trama muy trabajada, enmarcada en el ámbito de una pequeña población (circunstancia que contrasta con los ambientes más urbanos del giallo habitual) y desarrolla la intriga según el modelo instaurado por Argento en filmes como "Rojo oscuro" o "El pájaro de las plumas de cristal", aunque sin tanta pirotecnia visual.
Esto último es, tal vez, lo único que se echa un poco en falta dentro del filme. Porque en el aspecto narrativo, la película funciona de forma casi impecable. A pesar de durar casi ciento diez minutos, en ningún momento se hace pesada. De todos modos, el mayor clasicismo no implica que la dirección sea plana o exageradamente sobria. Al contrario, Bido se muestra como un director elegante y que sabe hacer un muy buen uso de los escenarios y ambientes.
En el apartado actoral, destaca sobremanera la presencia de Craig Hill, rostro habitual del spaghetti western y que aquí encarna a un sacerdote amenazado demostrando ser uno de esos casos en que el discreto nivel interpretativo queda sobradamente compensado por un carisma innegable, dentro de la pantalla. También encontramos a otros habituales del género facturado en Italia, como Lino Capolicchio ("La casa de las ventanas que ríen") o la guapísima Stefania Casini ("Suspiria").
Sin ser una película excesivamente sangrienta, sí presenta un buen número de pasajes terroríficos y los asesinatos están contados de un modo interesante, con cámaras subjetivas y un buen aprovechamiento de la banda sonora de Stelvio Cipriani, con claros ambientes de las prototípicas partituras de Goblin.
Como vemos, la influencia de Argento es grande. Y sin embargo, es una influencia tan bien digerida que el propio Argento (tal vez coincidiendo con su propia falta de ideas posterior) imitaría algún aspecto de Bido, como la sugerente secuencia en "deja vu/flashback" del protagonista (Argento usaría ese recurso en "Tenebre", pocos años más tarde), del mismo modo que Bido "se apropia" de la idea de utilizar un cuadro como elemento importante dentro de la trama, como también ocurría en "El pájaro de las plumas de cristal".
En resumen, una interesante muestra de terror italiano con las mejores virtudes del giallo clásico. Bien contada, aceptablemente interpretada y con atractivos suficientes como para convertirse en un título si no sobresaliente, sí destacado.
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