martes, 29 de abril de 2008

"El foso de la muerte", de Brett Leonard


FICHA TÉCNICA:

Título Original: "The Dead Pit"/ Dirección: Brett Leonard/ Guión: Gimel Everett y B. Leonard/ Producción: Gimel Everett/ Fotografía: Marty Collins/ Montaje: G. Everett y B. Leonard/ Música: Dan Wyman/ Efectos especiales: Ed Martínez/ Reparto: Jeremy Slate, Cheryl Lawson, Stephen Gregory Foster, Danny Gochnauer, Geha Getz, Joan Bechtel, Mara Everett, Jack A. Sunseri, Frederick Dodge, Nettie Heffner, Luana Speelman. USA, 1989. Color. 96'

Los manicomios siempre han sido escenarios ideales para toda clase de historias terroríficas. Pasillos oscuros, salas tétricas, locos, enfermeras chungas... y médicos más chungos todavía.

He aquí otra pequeña perla de finales de los ochenta, de la que a título personal ni siquiera había oído hablar y que me ha dejado un buen sabor de boca, en la cual Brett Leonard mezcla sin complejos diversos temas: mad doctors, intriga psicológica, slasher e incluso zombies. El resultado final de semejante batiburrillo es, contra todo pronóstico, satisfactorio.


Es este Leonard un cineasta bastante peculiar. Sobretodo conocido por "El cortador de césped", pero con otras obras célebres como "Virtuosity". Si algo tienen en común todas ellas, incluso la que nos ocupa, es una cierta preocupación por la innovación y el riesgo, dentro de los parámetros del cine de género. El caso de "El cortador..." es palmario, pero también en "El foso de la muerte" hallamos un estilo visual potente y arriesgado, que de alguna manera avanza lo que años después sería la irrupción de los esquemas del videojuego, dentro del fantástico. Es algo que aparece de una forma muy tangencial, si se quiere, pero que está ahí. Cuando vemos a la amnésica protagonista corriendo por los laberínticos e interminables pasillos del manicomio, acechada por toda clase de peligros, casi se puede imaginar una pantalla de juego virtual, por el modo en que Leonard planifica esos momentos. Planificación en la que, por cierto, tampoco es ajena la insistencia en mostrar a la actriz en paños menores, de un modo tan gratuito como agradable a la vista.

En todo caso, lo que interesa es destacar el contundente tono enfermizo que predomina a lo largo de toda la película, un tono muy conseguido. Asimismo, hay pequeños detalles que también son de agradecer, como los que se apuntan en las sesiones de hipnosis del médico a la paciente, con un motivo musical muy deudor de la partitura de Bernard Herrmann para "Vértigo", así como las propias imágenes regresivas, en las que aparece una especie de campanario, acrecentando esa sensación de estar homenajeando al inmortal clásico de Hitchcock. En el contexto de un filme como éste, resulta regocijante.


No he hablado propiamente de la trama de la película, porque tampoco resulta imprescindible. Baste saber que se basa en el típico esquema del tipo de historia en que una persona (en este caso amnésica) llega a un sanatorio mental y allí vive toda clase de acontecimientos escalofriantes que la implican de manera directa. En realidad, más que al argumento, que a la postre termina siendo bastante previsible, se trata de prestar atención a la hábil mezcolanza de elementos terroríficos, que como comentaba al principio, funcionan muy bien y es lo que más merece resaltarse, junto a la atmósfera alucinógena y malsana.

En definitiva, película recomendable, bastante ignorada de forma injusta, puesto que goza de las mismas virtudes que cualquier buen producto ochentero e incluso, aún sin llegar a ser una obra inolvidable, alcanza a situarse por encima de la media de dichas muestras, en algunos momentos.

2 comentarios:

MarioBava dijo...

La tengo hace un puñado de años y nunca me ha dado por verla... Quizas mas adelante haré un esfuerzo ya que la pones tan entretenida...

Jose

Tyla dijo...

Hola!

Pues sí, desde luego, entretenida lo es un rato. A falta de cosas con más pretensiones que luego se quedan en nada, ésta te hace pasar un ratillo agradable.