jueves, 24 de abril de 2008

"Los ojos misteriosos de Londres", de Walter Summers


FICHA TÉCNICA:

Título Original: "The Human Monster"/ Dirección: Walter Summers/ Guión: John Argyle, basado en una novela de Edgar Wallace/ Producción: John Argyle/ Fotografía: Bryan Langley/ Montaje: E.G. Richards/ Música: Guy Jones/ Reparto: Bela Lugosi, Hugh Williams, Greta Gynt, Edmon Ryan, Wilfred Walter, Alexander Field, O.B. Clarence. Reino Unido, 1940. B/N. 76'

O "The Human Monster", si atendemos al título original, que en este caso y para variar, no parece tan afortunado, o cuanto menos, no tan sugerente. Se trata de uno de esos vehículos para el lucimiento de Bela Lugosi, pero asimismo constituye un filme de misterio con toques terroríficos, de lo más entretenido.

La línea argumental nos presenta una serie de asesinatos intrigantes por resolver, que aparentemente parecen no tener nada en común, pero como suele suceder en estas ocasiones, nada más lejos de la realidad. Hay implicado un siniestro personaje (Lugosi) curiosamente llamado Orloff (¡hola, Tito Jess!) que tras su impecable imagen de honorabilidad, esconde a un desalmado asesino. De esclarecer el caso se encargará la eficiente policía londinense, eso sí, auxiliada para la ocasión por un socarrón agente estadounidense.

Del mismo modo que ocurre en otros filmes de similares características, el humor también está presente. Tal vez de una forma no tan brillante como en maravillas del calibre de "El caserón de las sombras" de Whale, ya que ésta que nos ocupa es una obra de inferior nivel, pero sí resulta agradable. Sobretodo dicho humorismo viene dado por la presencia (casi burlesca) de ese agente venido de ultramar, casi podría decirse que inaugurando el particular subgénero de las "buddy movies", que tanto furor haría bastantes décadas después. El contraste entre la personalidad flemática y meticulosa de los agentes de Scotland Yard y la más llana y caótica del poli de Chicago, es fuente de la mayor parte de chascarrillos y situaciones hilarantes del filme.


En cuanto a Lugosi, puede exhibir todas sus dotes gracias a un papel típico en su línea interpretativa, que le permite una dualidad entre la apariencia amable y bondadosa por un lado, y la perversa y malvada por otro.

El ritmo es dinámico y conjuga la acción policial con esa atmósfera tan clásica de la época que nos lleva a sótanos oscuros y escenarios lúgubres diversos, en el marco de un Londres nebuloso y húmedo (como debe ser). Tampoco falta la chica rubia de la función, víctima potencial del villano. Del mismo modo y al igual que ocurre en otras historias similares, hay una utilización del defecto físico (en este caso la ceguera) como elemento terrorífico.

La dirección de Summers es funcional y no destaca por conseguir unas atmósferas especialmente remarcables, en éste, uno de sus últimos filmes, tras una carrera básicamente centrada en la década de los treinta.

Es obvio que, aunque aún quedaban algunos años en que el terror y el suspense de la primera época del sonoro todavía iban a estar presentes, ese estilo que bordeaba (o penetraba de lleno) el género folletinesco, empezaba su declive. Y en el caso particular de Lugosi, iniciaba la última etapa de sus mejores años, que todavía iba a dar productos estimables. Pero sus papeles más memorables, ya quedaban bastante atrás.

Aún así, "Los ojos misteriosos de Londres", que dicho sea de paso, obtuvo un apreciable éxito en su momento, constituye una obra de las que gustan disfrutar los buenos amantes del fantástico clásico. Y que conviene ver, si acaso se ha pasado por alto. Tal vez no sea una muestra especialmente memorable, pero sí forma parte del imaginario colectivo, gracias a determinadas imágenes icónicas, como la del "dentudo" Jake.

2 comentarios:

cerebrin dijo...

Totalmente de acuerdo. Un título muy estimable.

Por cierto, sobre la misma novela, los alemanes hicieron un krimi que se títula "Los ojos muertos de Londres", pero que dado al género en el que esta inscrito, supongo que tirara aún más hacia un tono detectivesco. ¿La has llegado a ver?

Tyla dijo...

Pos no, no tenía ni idea. Vaya con los alemanes, qué copiones! jeje.