miércoles, 23 de abril de 2008

"Troll 2", de Claudio Fragasso


FICHA TÉCNICA:

Título Original: "Troll 2"/ Dirección y guión: Claudio Fragasso/ Producción: Joe D'Amato y Brenda Norris/ Fotografía: Giancarlo Ferrando/ Montaje: Vanio Amici/ Música: Carlo Maria Cordio/ Efectos Visuales: Steve Poe/ Reparto: Michael Stephenson, George Hardy, Margo Prey, Connie Young, Robert Ornsby, Deborah Reed, Jason Wright, Darren Ewing. Italia, 1990. Color. 91'

Sólo a los italianos podía ocurrírseles parir una secuela de una película tan peculiar como "Troll". Y en tanto que el encargado de engendrar semejante proyecto es nada menos que Claudio Fragasso y que en la producción se halla el ínclito Joe D'Amato, es de imaginar el resultado. Bueno... en realidad, ésta es una de esas ocasiones en que resulta oportuno exclamar aquello de "hay que verlo para creerlo".

En honor a la verdad, la primera parte de la saga no brillaba por su calidad. Más bien al contrario. Pero sí tenía el valor de lo curioso. De lo original, incluso. Hasta ese momento los trolls eran criaturas más propias de los cuentos de fantasía que del cine de terror. Y el filme de John Carl Buechler, no estaba exento de atractivos "kitsch". Empezando por no tomarse en serio a sí mismo, lo cual siempre es una virtud, en estos casos. Ignoro si Fragasso ha pretenido con su secuela resultar igualmente casposo a sabiendas de lo que hacía, o simplemente... le ha salido así, porque el hombre tampoco da para más.

Aquí no tenemos a un padre de familia norteamericano con una gorra del Betis, pero qué se le va a hacer. De igual modo, mientras en la primera, era una niña la portadora del virus "trollesco", aquí es un niño también rubito e igualmente repelente el protagonista, aunque en este caso, no es el malo de la función, sino más bien el héroe, ayudado por su difunto abuelo.


Por lo demás, mucho líquido verduzco-chillón, un tono visual lleno de un colorido muy característico, una trama tan anecdótica como cabe esperar y sobretodo caspa, muchísima caspa. Ni unos trolls de cartón piedra puestos para dar ambiente en la juguetería del Corte Inglés darían más miedo que estos de Fragasso.

Sin embargo, por alguna extraña razón, resulta casi imposible no pasárselo bien con "Troll 2". Aún a sabiendas de que posiblemente se trata de una de las basuras más grandes que se han hecho dentro del género en los últimos veinte años. Cuando eres tan consciente de lo poco que le puedes pedir a una película, sólo te queda reírte de ella. Y claro, a veces eso es igual de satisfactorio que pasar miedo. Sobretodo si, como es el caso, encuentras tantos aspectos que provoquen hilaridad en un mismo filme.

¿Qué saldría de una unión entre Terry Gilliam, Ed Wood y el Peter Jackson de la primera época? Pues posiblemente, algo bastante parecido a esto. Por lo menos, igual de psicotrónico y delirante. Y mira tú por dónde, es Claudio Fragasso, el artífice de "inolvidables" creaciones como "Zombie 4", "Leviatán" o "Scalps", el que ha aunado esos tres estilos en uno solo. ¿Cómo lo ha conseguido? Lo más probable es que ni él mismo tenga la menor idea.

3 comentarios:

cerebrin dijo...

¿Te has fijado que la filmografía de Fragasso se sustenta, básicamente, en parir secuelas bastardas de películas, que en su mayoría, no eran ya demasiado brillantes? "La casa 5", "La matanza de Texas 3", "Terminator 2", "Zombi 3", "Scalps, venganza india", esta que tu citas...

Por cierto, Tyla, cada vez ceo que somos más parecidos en la forma de entender el cine. En casos tan flagrantes como este, señalada en muchas listas como una de las 10 peores películas jamás rodadas, sabemos sacarla valores positivos. ;) ... lástima que te gusten los slashers, que si no te pedía relaciones. :P

Tyla dijo...

En cuanto a Fragasso, pues sí. Incluso figura en la IMDB como director sin acreditar en alguna secuela más de ésas.

Con respecto a lo otro, es que yo con los italianos tengo una debilidad bastante enfermiza, no lo puedo evitar. Al contrario que con los norteamericanos, que cuando son mediocres, me aburren un huevo. En cambio con los italianos me lo paso bien hasta con la cosa más cutre.

cerebrin dijo...

Pues como yo... salvo casos muy puntuales, que ahí cada peplum o cada spaghetti por ahí...

Pero con el fantástico, siempre, siempre, por muy mala que sea la película, siempre hay algún detalle que la salva de la quema. Su cutrerio, su sinvergonzonería...
Es algo parecido, salvando las distancias, a lo que me pasa a mi con las películas de Piquer Simón, especialmente las de aventuras juveniles.