martes, 8 de abril de 2008

"Nosferatu en Venecia", de Augusto Caminito


FICHA TÉCNICA:

Título Original: "Nosferatu a Venezia"/ Dirección: Augusto Caminito/ Guión: Alberto Alfieri, Leandro Luchetti y A. Caminito/ Producción: Carlo Alberto Alfieri/ Fotografía: Tonino Nardi/ Montaje: Claudio M. Cutry/ Música: Luigi Cecarelli/ Efectos Especiales: Franco Ragusa/ Reparto: Klaus Kinski, Christopher Plummer, Barbara De Rossi, Donald Pleasance, Yorgo Voyagis, Anne Knecht, Elvire Audray, Clara Colosimo. Italia, 1988. Color. 90'

Antes que nada, decir que aunque la película la firme Caminito, en ella intervinieron un puñado de cineastas. Desde Mario Caiano (despedido) hasta Luigi Cozzi, pasando por el mismísimo Kinski, que conociéndole, no me extrañaría que fuese el desencadenante de todo el "baile" de directores.

En todo caso, hablemos de la peli. Para empezar, decir que comienza de un modo bastante atractivo. Haciendo honor, además, al referente literario de Stoker, con un par de voces en off adoptando el estilo narrativo epistolar. Un inicio en el que las imágenes tienen fuerza, con Christopher Plummer (el Van Helsing de la función, para entendernos) transitando los canales venecianos erguido en una góndola.

Lo más triste es que ese aspecto visual de "postal" no se abandona en ningún momento. Uno puede entender que los escenarios sean importantes, máxime los de una ciudad como Venecia, que se prestan al carácter romántico del vampiro. Pero cuando dicho estilo se antepone totalmente a la narración, mal asunto. Y a la postre, eso es lo que acaba sucediendo. La excusa argumental es anecdótica y previsible: el vampiro que aparece de repente, presto a seducir jóvenes doncellas (en este caso, vírgenes) que acaben con su maldición. En ese sentido, no hay más que en cualquiera de las apariciones del Mito, a lo largo de la historia del cine. Desde las más clásicas, hasta las visiones del tema que mostraron los británicos en las producciones de la Hammer, e incluso los españoles a lo largo de la década de los setenta, especialmente en las aportaciones más "serias", que alguna hubo.


Así pues, ¿qué hay de destacable en "Nosferatu en Venecia" que la separe de cualquier otra aproximación al mito vampírico? Pues aparte de los aludidos escenarios venecianos, la presencia de Kinski, por supuesto. Una presencia que se asemeja más que a otra cosa a la de una estrella de rock, tipo Alice Cooper o Mick Jagger. Con momentos tan "memorables" como esa aparición estelar (y tirando a sonrojante) del cuadro gitano comandado por la mismísima Chunga. Vale, es original y los gitanos vienen del Este, como Nosferatu. Pero... sobretodo a ojos de un espectador hispano, resulta algo bastante más cutre que exótico.

Aparte de todo eso, el ritmo de la película es flojo. Muy monótono. Seguramente influye en ello la mencionada endeblez del guión. Demasiada recreación en Kinski, en sus poses y en sus aires de "rockstar". No hay la tensión necesaria para un filme de terror, por muchos tonos románticos que se la quieran insuflar. Y a ello no contribuye tampoco que personajes como el mencionado de Plummer o el de Donald Pleasance, que también está por ahí, no sean más que anécdotas. Todo gira en torno a Kinski. Que no es que me moleste a título personal, pero que no resulta suficiente para sostener la narración cinematográfica.

Ahora bien, si somos capaces de disfrutar centrándonos casi en exclusiva en la (indudablemente) cuidada puesta en escena, atractiva y refinada, pues "Nosferatu en Venecia" no constituye una total pérdida de tiempo. O si nos apetece regocijarnos en la siempre excesiva figura de Kinski. Pero nada de esperar una contribución consistente y a tener en cuenta dentro de la abundante colección de filmes vampíricos, porque no es de las más afortunadas. Para muestras visualmente epatantes, pero a la vez robustas narrativa y cinematográficamente, ya está la de Coppola.

2 comentarios:

cerebrin dijo...

Poco puedo decir de la película, pues a tenor de las malas críticas que siempre he leido sobre ella, la he ido posponiendo, y a la vista de los directores involucrados en el proyecto, de lo peorcito de la industria italiana, tampoco espero que esas apreciaciones esten equivocadas.

Ahora bien, aunque el reparto es muy interesante (bueno, tampoco tanto que Plummer y Pleasence trabajaron aquellos años en productos italianos indgnos de su talento, "Star Crash" el primero y "El hombre puma" el segundo), lo que no me explico, por mucho subproducto que terminara rodando, como Klaus Kinski se presto a esto, que en mi opinión, denigra a la versión de Herzog y su trabajo en ella.

Tyla dijo...

Mmm... no sé qué decirte. Yo siempre he visto a Kinski como un megalómano de tomo y lomo, por encima de ninguna otra cosa. Un tipo que, más que interés por seguir una carrera coherente y/o prestigiosa, sólo ha buscado dar rienda suelta a sus paranoias. De hecho, su filmografía prácticamente tan sólo brilla al lado de Werner Herzog.

Igual aquí le dieron vía libre total y absoluta, para hacer lo que quisiera con su personaje, o simplemente le pagaron un pastón... vete a saber.